vivir
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La llegada al seno familiar de un hijo es motivo de celebración y así fue en el caso de la familia de Jan, un pequeño que nació en noviembre de 2009. Sin embargo, su camino empezó de manera, en cierto modo, abrupta, cuando al nacer sus padres y los médicos comprobaron que el bebé no reaccionaba a los estímulos como la mayoría de recién nacidos. Fue entonces cuando se le diagnosticó síndrome de Down y tras el inicial desconcierto, comenzó un viaje de lucha y de amor.
Bernardo Moll, padre de Jan, tiene un blog en el que refleja el día a día y la historia de superación de su hijo. Grabar su vida ha servido finalmente como terapia familiar y como medio para visibilizar el síndrome de Down, derrumbando los prejuicios contra este trastorno genético. La historia de Jan recoge el largo periplo de dificultades a las que han tenido que hacer frente desde que apenas dos días antes de la Navidad de 2009 le fuera confirmado el diagnóstico definitivo.
Un esfuerzo que no es sólo patrimonio de los padres con noches en vela, visitas a terapeutas o a escuelas especiales, sino también del propio Jan, que trabaja para dar sus primeros pasos, ponerse de pie sólo o articular sus primeras palabras. Ecomendado para todas las familias, este diario visual pone de manifiesto lo que es ser padre de un niño con síndrome de Down y sus consecuencias. Miedos, reflexiones, decepciones, perseverancia, pero también y muy especialmente, mucha alegría.
Seis años de grabación que se han convertido en una película gracias a los 34.000 euros recaudados mediante el crowfunding y al respaldo de Acontracorriente Films y del productor Enrique Cerezo. Un éxito digital que también se ha visto reflejado en los cines, donde se estrenó el viernes pasado. Una historia conmovedora que algunos espectadores han calificado como la receta de la felicidad.
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