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Depresión en el embarazo: una realidad oculta

Todos hemos escuchado alguna vez algo sobre la ‘depresión postparto’. A pesar de ser una enfermedad conocida, se trata de un tema en muchas ocasiones tabú

Una mujer embarazada, angustiada en la consulta. / fotolia

Joaquina Dueñas
Joaquina Dueñas

Todos hemos escuchado alguna vez algo sobre la 'depresión postparto'. A pesar de ser una enfermedad conocida, se trata de un tema en muchas ocasiones tabú, como sucede en la mayoría de las enfermedades mentales. Sin embargo, el único modo de atajar la depresión es reconociéndola con un buen diagnóstico y tratándola, en su caso, siguiendo las indicaciones de los profesionales. Además, durante muchos años los expertos han creído, de forma equivocada, según demuestran los últimos trabajos, que las hormonas del embarazo protegían a las mujeres de las depresiones.

Se pensaba que era después de tener al bebé, una vez que los niveles hormonales descendían, cuando las mujeres estaban más expuestas a la depresión. Ahora, sin embargo, se cree que el rápido incremento de los niveles hormonales que se da al inicio del embarazo puede variar la química del cerebro y conducir a la depresión.

Un reciente estudio avalado por el Hospital Clínico San Carlos y la Universidad de Educación a Distancia UNED, en el que ha colaborado la doctora Huynh-Nhu Le de la Universidad George Washington, realizado con 751 pacientes ha demostrado que entorno al 10% de las mujeres sufren mayor número de episodios depresivos durante el embarazo. El proyecto en el que han colaborado obstetras, psicólogos clínicos, enfermeras, matrona y expertos de la Unidad de Innovación del San Carlos, se ejecutó en tres áreas, incluyendo la validación de diferentes instrumentos de evaluación, cribado de las pacientes e intervención cognitivo- conductual.

Muy a menudo, la depresión y la ansiedad no se diagnostican porque muchas mujeres no les dan importancia a sus emociones, pues piensan que se deben a los cambios de ánimo temporales que acompañan el embarazo. “Sabemos por estudios anteriores, que el estigma asociado con la depresión y otras barreras en la búsqueda de tratamiento hace que alrededor del 65% de las mujeres que sufren depresión durante el embarazo no sean diagnosticadas”, afirma la doctora Nuria Izquierdo Méndez miembro del equipo investigador.

Existe una extensa lista de factores de riesgo, tanto para la depresión prenatal como para la depresión postnatal, así como una extensa lista de variables asociadas significativamente con síntomas depresivos perinatales. Estos abarcan una amplia gama de factores sociodemográficos, factores psicopatológicos, biológicos, médicos y personales.

Factores de riesgo:

  • Percepción de apoyo social ineficaz o insuficiente.

  • Mala relación con la pareja.

  • Aumento de acontecimientos vitales estresantes.

  • Complicaciones durante el embarazo.

  • Complicaciones durante el parto.

Importantes consecuencias para madre e hijo

La importancia de estas conclusiones reside en las consecuencias que la depresión materna tiene en el desarrollo del bebé y en la relación maternofilia ya que según los responsables del estudio, las madres deprimidas informan niveles bajos de autoeficacia sobre su capacidad y rendimiento como madres, en relación a las que no están deprimidas.

Las mujeres deprimidas tienden a ser menos positivas y a interactuar menos con sus bebés. Así mismo, los bebés terminan siendo menos reactivos, evitan la mirada y presentan un menor número de destrezas durante el tiempo que están interactuando con sus madres. También se ha identificado que los hijos de madres deprimidas tienen un peor rendimiento durante su escolarización e incluso dificultades en el área social a largo plazo, pudiendo continuar estos problemas, aunque la madre mejore.

Ante estos resultados, los profesionales han puesto el acento sobre la importancia de atender de forma adecuada la salud de las gestantes, de modo que se les facilite el adecuado tratamiento, teniendo en cuenta todos los parámetros demostrados con este estudio.

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