Año de nieve, año de bienes

Beneficios:

• Refuerza el vínculo familiar. Disfrutar de actividades todos juntos refuerza los lazos familiares. Para ello hay que encontrar tiempo durante la escapada para que cada uno haga lo que más le guste y participe en actividades adecuadas a su edad y capacidad, pero también para compartir y jugar juntos. Las comidas juntos, alejados de la televisión y de las rutinas cotidianas, favorecen la comunicación y las conversaciones fluidas. Quizás te sorprenda la capacidad de tus hijos de reflexionar sobre todo tipo de materias.

• Mejora la salud. La actividad deportiva al aire libre es muy buena para mejorar el sistema cardiorrespiratorio así como para desarrollar el aparato locomotor y la psicomotricidad. Del mismo modo, ayuda a mejorar la orientación, la capacidad espacial y el equilibrio. Requisitos todos para practicar esquí o snowboard.

• Respeto. Las pistas de esquí y las instalaciones deportivas tienen una serie de normas de uso y comportamiento que los niños (y los adultos) tienen que cumplir. Es interesante explicarles a los niños cómo deben comportarse y cuáles son las normas para que ellos se sientan independientes y capaces. Comprobarán por ellos mismos cómo seguir esas pautas hacen que la convivencia sea posible sin conflictos y, sobre todo, sin accidentes.

Consejos:

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   Edad. Depende de cada niño, pero para una escapada a la nieve es mejor esperar a que ya empiecen a ser independientes. Así, entre los cuatro y los cinco años es una buena edad para iniciarse en los deportes de nieve. Bien es cierto que las estaciones de esquí cuentan con modernas y adecuadas instalaciones para atender a los más pequeños, pero aquí se trata de disfrutar en familia y de pasar tiempo juntos.

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   Ropa. Por supuesto, es imprescindible utilizar ropa adecuada para la nieve. Ha de ser específica y en varias capas ya que durante la práctica del deporte o durante el descanso al sol, los niños pueden pasar calor, por lo que se les puede quitar la capa más superficial mientras están comiendo el bocadillo. Por supuesto, hay que llevar gorro, guantes y gafas de sol.

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   Protección solar. Ni que decir tiene que es imprescindible tener la piel bien hidratada, por lo que si tenéis pensado ir a la nieve, ya es el momento de empezar a seguir las rutinas de hidratación. Sin embargo, para salir a esquiar, hay que proteger a los niños con una crema solar específica ya que la piel recibirá la radiación directa del sol y la que se refleja en la nieve. Del mismo modo, hay que asegurarse de que todos los miembros de la familia llevan el filtro solar apropiado en los cristales de las gafas de sol.

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   Estación. Por supuesto, podéis elegir la estación de esquí que tengáis más cerca, sin embargo, según los miembros que compongan la familia, es interesante comprobar cuáles son los servicios que ofrecen. Así, hay estaciones con programas más enfocados a las familias y, especialmente, si es la primera vez que vais a ir, puede haceros la vida más fácil.

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   Actividades. Además del esquí, el snowboard o el esquí de travesía, en las instalaciones suele haber otro tipo de propuestas como el patinaje, los trineos rusos, los roscos, para pasarlo en grande todos juntos. Más aún, bien abrigados y con la ropa adecuada no os hace falta nada más que entusiasmo para hacer una fabulosa guerra de bolas de nieve en la que no pararéis de reír.