La ejemplar lección de deportividad

El deporte es una fórmula ideal para educar en valores: esfuerzo, trabajo en equipo, compañerismo, respeto, superación, manejar la frustración… Pero esos valores deben inculcarse tanto dentro como fuera de la cancha, al menos así los consideran los responsables del colegio Santa María del Pilar, que ha retirado a su equipo de baloncesto de la liga colegial por insultar a sus contrincantes, a los que vencieron, en Twitter.

Que la educación en valores es una asignatura trasversal bien los saben los docentes que de forma consciente, en cada asignatura introducen valores como el esfuerzo, el respeto o el trabajo en equipo en cada una de sus asignaturas. Se trata de una cuestión didáctica que forma parte de su trabajo y que refuerza una labor que siempre ha de empezar en casa. La vida de cada persona es una sucesión de aprendizajes, aventuras, sentimiento, triunfos y derrotas que no pueden separarse en departamentos estancos. Y así se ha hecho en este caso ya que los que hicieron fuera de la pista tuvo consecuencias directas en sus éxitos deportivos.

La historia comenzó con el triunfo del equipo masculino de baloncesto del colegio Santa María del Pilar, integrado por jóvenes con edades de entre 16 y 18 años. Tras este éxito deportivo, los chicos emitieron comentarios ofensivos y faltos de respeto en las redes sociales hacia el equipo contrario que había perdido el partido. Así, los responsables del centro decidieron retirar al equipo de la competición, lo que otorgó la victoria al sus contrincantes y ha supuesto una lección para los alumnos de ‘El Pilar’. Así lo hacía saber el propio centro educativo en una carta publicada en Twitter.

Un ejemplo que, además, ha trascendido el mero ámbito escolar de la competición, al convertirse en un ejemplo viral de cómo hacer que los adolescentes y jóvenes aprendan a asumir las consecuencias de sus actos y entiendan la importancia del respeto al otro, algo que, en absoluto estaba en el ánimo de los promotores de la medida.

La gran acogida que la medida ha tenido en las redes sociales, a buen seguro ha condicionado la opinión de algunos padres ya que entre los progenitores había opiniones de todo tipo, desde los que han respaldado e incluso felicitado al director del centro, hasta aquellos que consideran que ha sido una decisión demasiado drástica. Aunque las consecuencias sean ya irreversible, los alumnos tienen ahora la oportunidad de reflexionar sobre lo ocurrido, de pedir disculpas y de entender lo que supone realmente asumir la responsabilidad de sus propios actos sin posibilidad de vuelta atrás. Una lección de vida, ya que en la edad adulta, los errores tampoco tienen marcha atrás.