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Acabas de saber que estás embarazada y empiezas a tener dolor menstrual, lo que hace que salten todas tus alarmas. ¿Ha sido todo una falsa alarma? Es la primera pregunta que te haces mientras acudes una y mil veces al cuarto de baño para comprobar si finalmente te ha bajado el periodo.
Durante las primeras semanas del embarazo un dolor similar al menstrual es un síntoma más como las náuseas o la fatiga. El dolor durante el periodo se debe a cambios hormonales y en el embarazo también se produce una explosión hormonal que puede hacer que se presenten dolores similares, lo que hace que sea completamente normal que se produzcan.
Lo normal es que esos dolores no sean muy intensos, sin embargo, si se hace difícil soportarlos. Antes de medicarte, intenta aliviarlos con paseos suaves, buena hidratación y baños templados. Si fuera imprescindible, consulta con su médico qué analgésico puedes tomar.
Aunque estos dolores no deben alarmante, sí hay que prestar atención en caso de venir acompañados por otros síntomas como sangrado, fiebre, escalofríos, secreción vaginal inusual, mareos, vómitos o dolor al orinar. Si sucediera cualquiera de estos otros síntomas, no dudes en acudir al tu médico para determinar cuáles son la causas y descartar cualquier tipo de problema.
Además de durante el primer trimestre, se pueden tener dolor abdominal en otros momentos del embarazo. Lo habitual es que se deba a problemas intestinales como gases o estreñimiento, para lo que una buena alimentación, hidratación y deporte suave serán tus mejores aliados.
También puede deberse al estiramiento de los ligamentos y a los cambios físicos lo que harás que notes punzadas en la zona del perineo. Y por supuesto, las contracciones de preparación, que son las que se producen durante el último trimestre y que aprenderás a identificar al notar que tu abdomen se contrae de forma involuntaria provocando un ligero dolor.
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