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Tras dos semanas en las que el cuerpo de la madre se preparaba para lo que estaba por llegar en la tercera semana es cuando realmente comienza el embarazo biológico, es decir, cuando se produce la fecundación. Se produce por tanto la unión entre el espermatozoide y el óvulo. Esta tercera semana son los días fértiles de la mujer y por tanto, el momento idóneo para mantener relaciones sexuales que culminen en embarazo. Si es así, el espermatozoide más rápido de los cientos que alcanzan las trompas de Falopio fecundará el núcleo del óvulo.
La unión de ambas células se denomina cigoto y a partir de ese momento comienza la división celular, día a día las células se multiplican y el cigoto evoluciona pasando a denominarse mórula en torno al cuarto día, cuando cuenta ya con 16 células. El incremento de células es exponencial pasando a ser blastocito a partir del quinto día. Las células comenzarán a separarse en dos grupos. Las exteriores formarán la placenta y las interiores se convertirán en el embrión.
Es al final de esta semana cuando el blastocito llega al útero. Desde un punto de vista biológico, hay que tener en cuenta que el espermatozoide y el óvulo aportan 23 cromosomas cada uno con la dotación genética de cada uno por lo que el embrión tiene 46 cromosomas con toda esa información procedente de cada uno de los progenitores. Cuando el blastocito está en el útero comienza continúa la expansión y el desarrollo durante las próximas 37 semanas. El gran viaje ha comenzado.
En la madre los cambios todavía no son perceptibles y puede que no note nada, sin embargo su cerebro recibe un mensaje que hace que se desactive el ciclo menstrual. Esto se produce con la producción de la hormona gonadotrofina coriónica humana que también mantiene los niveles de progesterona altos imprescindibles para que avance con normalidad el embarazo.
Cuando el blastocito llega al útero es posible que se produzca un pequeño sangrado, como es en una fecha muy temprana, algunas mujeres lo confunden con una regla escasa y piensan que no se han quedado embarazadas. Aquellas con reglas más irregulares son las que suelen tener este tipo de confusión. En estos casos, en lugar de descubrir su embarazo en la quinta semana, como es habitual, lo hacen más avanzado el embarazo, ya que consideran como última regla esa ligera hemorragia.
Algunas mujeres ya notan mucha más somnolencia o cansancio, síntomas habituales del primer trimestre, a veces, incluso, comienzan las náuseas y el rechazo a determinados olores, con el desarrollo de una capacidad olfativa muy más potente, así como abundante salivación.
Es posible que desde que decidiste quedarte embarazada estés siguiendo hábitos de vida más saludables, cuidando tu alimentación y evitando rutinas tóxicas como el tabaquismo o la ingesta de alcohol. Si no es así, ya es momento de adquirirlos.
Hidrátate por dentro y por fuera. Por dentro con una alimentación rica en verduras y frutas, así como con agua, lo que significan alimentos ricos en agua, sopas, gazpacho, zumos naturales de frutas y lleva siempre contigo una botella de agua. Para hidratarte por fuera, cuida tu piel con una crema específica o con aceite de almendras dulces. Así la prepararás para todos los cambios que le esperan.
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