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La vitrificación ovocitaria es el procedimiento que permite a la mujer preservar sus óvulos por diferentes motivos en un determinado momento de la vida fértil, de manera para que puedan ser fecundados en el momento que decida ser madre, manteniendo las posibilidades de tener hijos propios el día de mañana.
Tal como explica Victoria Verdú, coordinadora de ginecología de la Clínica Ginefiv, la técnica consiste en la congelación ultrarrápida del óvulo que permitirá que el ovocito mantenga la misma edad reproductiva que en el momento de la vitrificación. Con la ayuda de la experta desvelamos algunas de las dudas más frecuentes en torno a esta técnica.
El proceso de preservación de los ovocitos debe de ser realizado en tres fases: estimulación ovárica, punción ovárica para la obtención de los ovocitos y por último, vitrificación de ovocitos.
La estimulación ovárica consiste en la inducción de una ovulación múltiple mediante medicamentos hormonales que se administra a la paciente durante unos 9-11 días. Posteriormente, se extraen esos ovocitos mediante una punción ovárica, que se realiza de manera ambulatoria y apenas dura unos 10-15 minutos. El numero de ovocitos obtenidos va a depender de la edad y la reserva ovárica de cada mujer. La punción se realiza en nuestros quirófanos, bajo sedación suave, lo que evita que se sienta ningún tipo de molestia.
Por último, el conjunto de óvulos que se han extraído son crioconservados mediante vitrificación, que consiste en reducir la temperatura a -196ºc, esta congelación ultrarrápida permite que no se forme cristales que dañen la estructura interna de los ovocitos.
Estos óvulos se conservarán en tanques de nitrógenos donde permanecerán debidamente etiquetados hasta que sea necesario su uso.
Un tratamiento de este tipo suele rondar entre los 2.500 y los 4.000 euros. A los que hay que añadir el coste de mantenimiento de los óvulos (300 euros anuales) y el gasto posterior de la descongelación y la fecundación in vitro que ronda 1500 euros. No obstante este precio va a depender de la clínica en la que se realice el tratamiento.
Las mujeres nacemos con una cantidad limitada de ovocitos que se van agotando de manera progresiva a lo largo de la vida fértil, de forma que a los 35 años apenas queda el 10% de la reserva total.
Por otra parte la calidad de los ovocitos va disminuyendo de forma muy importante a partir de los 35 años, incrementando de manera progresiva las anomalías cromosómicas que portan, de manera que no solo es más difícil lograr un embarazo a partir de esta edad, sino que, una vez que éste se produce, hay más probabilidad de aborto o de que el bebé porte algún problema genético.
Por esta razón, se aconseja vitrificar los óvulos de una mujer en su etapa más fértil, entre los 28 y los 35 años, evitando en lo posible los futuros problemas derivados de un óvulo envejecido.
De esta manera, cuando la mujer decida asumir una maternidad por encima de los 38-40 años, dispondrá de esos óvulos fértiles, jóvenes y de calidad que había congelado con anterioridad para lograr un embarazo próspero y el nacimiento de un niño sano.
A pesar de que la vitrificación surgió principalmente para poder preservar la fertilidad de mujeres que se iban a someter a algún tratamiento médico, no es solo una técnica asociada a la infertilidad o a pacientes oncológicas, sino que es una opción a tener en cuenta para todas aquellas mujeres con patología ovárica que ponga en peligro su futura fertilidad (como mujeres con endometriosis, perdida de tejido ovárico por diversas patologías, etc…), o bien mujeres jóvenes y sanas que quieran posponer la maternidad.
La vitrificación está indicada para mujeres que aún no tienen decidido ser madres a corto plazo ya sea porque no tienen pareja estable, por su situación económica o la inestabilidad laboral. Y, por otro lado, está indicado para aumentar las posibilidades de embarazo en mujeres con muy poca reserva ovárica.
Hasta hace unos 10 años las técnicas de congelación que se empleaban causaban daños en la integridad de las células, de manera que no era posible congelar los ovocitos, al ser la tasa de supervivencia tras descongelación muy baja.
Ahora gracias a la alta velocidad de congelación de la vitrificación evita la formación de cristales en el interior de las células que pueden causar daños en las estructuras celulares. A día de hoy la tasa de supervivencia de los ovocitos durante el proceso de vitrificación se sitúa entre el 90% y el 95%, con una alta tasa de fertilización y gestación.
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