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En la semana nueva de embarazo, ya mide entre dos y tres centímetros, lo que se asemeja a una uva hermosa. El crecimiento es vertiginoso, si tenemos en cuenta que hablamos de cambios por días. Los sistemas muscular y nervioso siguen desarrollándose. Por su parte, aquellos órganos que se formaron hace dos semanas y que todavía no realizaban funciones se activan en esta semana. El hígado secreta bilis, el páncreas produce insulina y los riñones ya pueden producir orina.
Los dedos, las muñecas, los codos y después las piernas con sus pies, los tobillos y sus dedos pueden apreciarse claramente. La cabeza sigue teniendo un tamaño desproporcionado respecto del cuerpo y en ella se ven unos pabellones auriculares bien formados y los ojos cubiertos por los párpados. La boca también se observa y, de hecho, puede verse como la abre y la cierra.
Los genitales comienzan con un desarrollo común, el del tubérculo genital que posteriormente se diferenciará en genitales femeninos o masculinos, por lo que todavía no pueden distinguirse el sexo del bebé. El esqueleto sigue con su desarrollo natural y se va endureciendo poco a poco a la vez que el cuerpo se va estirando y va ganando proporcionalidad. El futuro bebé ya tiene movimientos involuntarios que todavía no son perceptibles por la madre.
Una madre cuya situación es similar a las semanas anteriores, si bien los cambios en el pecho son cada vez más claros. Es posible que sientas dolor, tensión, calor y hormigueo, así como hipersensibilidad y cambios en las areolas que pueden oscurecerse y cambiar de tamaño.
Los cambios hormonales pueden hacer que tengas cambios de humor y provocar tristeza apenas sin motivos, sin embargo, también puede hacer que estés de muy buen humor y que te rías con mucha facilidad por cualquier tontería. Si tu caso es el primero, no te preocupes, relájate y permítete unas lagrimitas. Si es el segundo, disfruta de esta etapa repleta de risas y compártelas con quienes te rodean para hacer de tu entorno un lugar lleno de energía positiva.
Algunas mujeres hacen en esta semana su visita al ginecólogo, si bien en muchos de los sistemas públicos de saludo no se realizan los primeros reconocimientos ecográficos hasta las semana 12. El ginecólogo mide al embrión y determina la fecha probable de parto que, salvo sorpresas que pueden producirse en mujeres con reglas irregulares, estará en la semana 40.
También puede realizarse el triple screening de primer trimestre que establece la probabilidad de riesgo de alteraciones cromosómicas. Para ello hay que combinar los datos obtenidos por la ecografía y los de un análisis de sangre materna.
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