El bebé mide entre ocho y nueve centímetros y su cuerpo ya está formado con un peso que supera ligeramente los 40 gramos. El cerebro se sigue desarrollando a toda velocidad y los huesos se van solidificando, aunque siguen siendo flexible. El bebé tiene una capacidad asombrosa de regeneración y es capaz de cicatrizar sus heridas sin dejar cicatriz. Así se ha observado en los casos de fetos que han sido intervenidos o punzados por alguna razón médica durante este periodo.

Ya no hay saco vitelino y la alimentación se produce íntegramente a través de la placenta. La placenta es un órgano que irá creciendo con el feto y le proporciona oxígeno además del alimento. Esto durará hasta después del nacimiento, es decir, hasta que el cordón umbilical deje de latir. Aunque la cabeza sigue siendo desproporcionada respecto al cuerpo ya se pueden reconocer los rasgos faciales y hace gestos, chupándose incluso el dedo o la manita. Al mirarlo se reconoce ya perfectamente un humano perfecto en miniatura.

Además, sus riñones están a pleno rendimiento y su vejiga se llena y se vacía cada media hora. Todavía depende de la madre para defenderse de las infecciones, sin embargo, ya comienza a crear sus propias defensas, los leucocitos.

A la madre ya se le empieza a notar el embarazo en tanto que el útero ocupa más espacio de lo habitual lo que provoca abultamiento en la tripa. Un abultamiento que no es pesado ni causa incomodidades. Si todavía no habías notado cambios en tus pechos, es muy posible que ahora se produzcan. Sentirás aumento de tus senos que estarán más sensibles de lo habitual, por lo que se recomienda que cuides tu piel para que esté elástica y preparada para los cambios y utilices sujetadores suaves, de tejidos naturales y sin aros para que estés más cómoda y transpire mejor.

Si has cambiado de talla de sujetador y tienes que comprártelos nuevos puedes optar por elegir sujetadores de lactancia. Así se irán amoldando a tu cuerpo y te irás acostumbrando a ellos, algo muy adecuado ya que con la subida de la leche tus pechos estarán extremadamente sensibles y los sujetadores te resultarán muy incómodos.

Si ya has dicho en el trabajo que estás embarazada ten en cuenta que la ley te protege. Para empezar, el empleador tiene que proporcionarte un entorno seguro donde trabajar en caso de que estés en contacto con productos peligrosos, químicos o en un puesto de trabajo en el que tengas que coger peso. Tienes una serie de horas para las citas médicas y las reducciones de plantilla no se pueden aplicar durante el embarazo ni durante la baja de maternidad. De hecho, no puede despedirse a una mujer embarazada excepto por incumplimiento de contrato.

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