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El tamaño del útero de la madre se ha multiplicado por diez y de ahí también que el flujo sanguíneo se haya multiplicado exponencialmente. En esta etapa hay varios cambios importantes y destaca la creación de surcos y crestas en el cerebro, que permanecerán durante su infancia y la edad adulta, así como la maduración de los pulmones que hacen que aumenten considerablemente las posibilidades de supervivencia en caso de nacimiento prematuro aunque igualmente, si llegara el caso, necesitará asistencia respiratoria.
Por otro lado, hasta ahora, los glóbulos rojos los creaba el bazo, a partir de esta semana, será tarea de la médula ósea, igual que sucede en los adultos. Además, en el caso de los niños los testículos descienden hasta el escroto y las niñas ya tienen cinco millones de ovocitos. Respecto al cordón umbilical, sus pliegues comienzan a cubrirse de una sustancia gelatinosa que evita su compresión con los giros y movimientos del bebé.
Los huesos del bebé están completamente desarrollados pero todavía son blandos y flexibles. Sin embargo, ya han empezado a osificarse, de hecho, cada día se depositan en su esqueleto unos 250 miligramos de calcio que van endureciendo sus huesos. De ahí que sea tan importante que la dieta de la madre sea rica en calcio. Otros nutrientes imprescindibles para el buen desarrollo del bebé son el ácido fólico, el hierro, la vitamina C o las proteínas.
El embarazo es un momento perfecto para adquirir hábitos saludables de alimentación para toda la familia y dejar a un lado el mito de comer por dos cambiándolo por nutrirse adecuadamente. Llevar un puñado de frutos secos en el bolso en lugar de chucherías o dulces es un cambio muy adecuado y cambiar los refrescos por infusiones también. En verano, en lugar de infusiones puedes optar por aguas de sabores, aromatizando tu botella de agua con cáscara de limón, de naranja, incluso con sandía o con hierbabuena.
Durante estos meses disfruta de tu frondosa melena. El cabello pasa por tres fases, crecimiento, descanso y eliminación. Sin embargo, durante estos meses y después del parto hasta pasados unos cuatro meses, sólo están las fases de crecimiento y descanso, por lo que tendrás más cabello y lo notarás más fuerte y brillante. Pasados varios meses tras el parto, llegará el momento de eliminación de todo ese cabello acumulado. ¡No te asustes! Es normal una caída intensa ya que el ciclo del cabello volverá a la normalidad eliminado todo el pelo que había acumulado durante meses.
A partir de esta semana notarás cómo tu barriga sube, colocándose mucho más alta bajo el diafragma y es normal que notes como si te faltara aire al respirar. Ciertamente, los pulmones tienen menos espacio y tu respiración pasa a ser más superficial. Lo mismo sucede con el estómago, lo que puede causar reflujo, ardores y digestiones pesadas. Si es tu caso, evita los alimentos grasos, las frituras o los azúcares refinados y no realices comidas copiosas. Distribuye los alimentos a lo largo del día en porciones más pequeñas.
En este tercer trimestre aumentan las incomodidades, pero también sentirás de forma mucho más clara a tu bebé cada vez que se mueva o gire. De hecho, ya tiene la posición fetal y aunque todavía puede girar varias veces más, muchos bebés se acomodan ya con la cabeza hacia abajo apuntando al canal del parto.
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