Los protagonistas de 'Buscando el norte', la seria de Antena 3 / ATRESEMEDIA

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Quién es quién en 'Buscando el norte'

La nueva serie de Antena 3 narra en clave de humor las aventuras de varios españoles que han emigrado a Alemania.

¿Dirías adiós a tu hogar para seguir a la persona de tus sueños? ¿Te despedirías un tiempo de ver a tus hijos para conseguirles un futuro mejor? ¿Dejarías a tu pareja para probar suerte en otro país? 'Buscando el norte', la nueva serie de Atresmedia que se estrena en prime time el 10 de febrero busca dar respuestas a estas preguntas en clave de humor.

Esta comedia coral habla de la situación de muchos españoles que han tenido que emigrar fuera de España. Antonio Velázquez, Belén Cuesta, Manuel Burque, Silvia Alonso, Terele Pávez, Kimberley Tell, Bárbara Santa Cruz, Óscar Ladoire, Fele Martínez, Jorge Bosch, Luis Zahera, Elisa Mouliaá, Goizalde Núñez, Ferrán Rañe, Gillian Apter, Jesús Carroza y Ana Goya son algunos de los actores que dan vida a los personajes de 'Buscando el norte'.

La serie arranca con la historia de Álex y Carol, dos hermanos que, hartos de la situación laboral en España, deciden emigrar a la ciudad europea de las oportunidades: Berlín. Su ilusión por realizar el sueño alemán pronto se convierte en una esadilla cuando se dan cuenta de que han pasado de vivir por encima de sus posibilidades a vivir por debajo de ellas. Los dos hermanos serán el hilo conductor para conocer a otros españoles con distintas historias.

Así son los protagonistas de 'Buscando el norte'

Belén Cuesta es Carol Ruiz. Es la hermana pequeña de Alex y no dudó en acompañar a su hermano tras haber roto con su novia y, sobre todo, viendo el panorama laboral que le esperaba en España. Le gusta improvisar, es optimista por naturaleza y cree que cuando una puerta se cierra, una ventana se abre.

Es diseñadora gráfica y se toma la emigración como una inmejorable ocasión de conocer otra cultura, de aprender otro idioma y de admirar lo bien que hacen las cosas en los países que “dominan el cotarro”.

Antonio Velázquez es Álex Ruiz. Alex es enfermero y tenía su vida planificada. Una vida confortable en la que no existían grandes aventuras… hasta que la realidad le golpeó en la cara. Cuando la privatización del hospital en el que trabajaba hizo que diera con sus huesos en el INEM, los problemas comenzaron a llegar. Con la prestación por desempleo agotada, con una novia “seiscien-eurista” y con una hipoteca que devolverle al banco, hacer las maletas y buscar soluciones pareció ser la única alternativa. Y la oportunidad le llegó cuando las autoridades alemanas decidieron buscar profesionales fuera. Pero pronto descubrirá que lo de tener todo planificado está bien, pero si no se te cruzan por el camino los indeseables imprevistos.

Manuel Burque es Salva Clemente. Salva es Ingeniero Técnico Industrial y posee un máster en energías renovables. Llegó a Alemania hace unos años pensando que esto de la “Fuga de cerebros” era como emigrar pero en clase bussines. Salva y Alex fueron compañeros en el instituto y cuando Alex baraja la posibilidad de irse fuera de España a buscarse la vida, éste se acuerda de aquel compañero de pupitre, soñador y un tanto fantasioso, que tiene como amigo en el Facebook y que no para de colgar en su muro las excelencias de la vida en Alemania.

Una de las razones por las que Carol no tira la toalla en Alemania es por Adela, su profesora

Silvia Alonso es Adela Llamazares. Adela siempre fue una niña independiente. Hija única, necesitaba muy pocas cosas para entretenerse y para pasar las horas muertas jugando sola y hablando consigo misma. Pese a esa independencia, Adela siempre ha estado muy unida a su madre, quizás, porque cuando ella era muy pequeña, su padre las abandonó y no han vuelto a saber de él desde entonces. Adela trabaja como recepcionista en un hotel y eso le ha permitido poder vivir en Berlín de una manera cómoda durante estos años e incluso poder enviar dinero a su madre para ayudarla a pagar sus facturas.

Gillian Apter es Anke Köhler. Es bávara, de Múnich, y desde muy pequeñaveraneaba con su familia en la bahía de Alcudia, en Mallorca, por lo que es una gran conocedora de lo hispano y una gran amante de lo ibérico. Por eso, cuando conoció a Marcelino, todo en él le sonaba familiar y no dudó, ni un momento, en comenzar con él un proyecto común Cuarenta años después, ambos mantienen intacto el amor que sentían el uno por el otro desde el primer día, pese a que cuando se juntan el carácter germánico de Anke con la indolencia latina de Marcelino, pueden llegar a saltar chispas y a hacer temblar hasta la puerta de Brandenburgo.

Kimberley Tell es Ulrike Ruiz. Pertenece a una generación que, pese a tener raíces españolas, se han criado como alemanes, piensan como alemanes y pasean su malentendida superioridad como alemanes. Ulrike cree que la gente del sur de Europa somos unos vagos que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, que hemos chupado de los fondos europeos y de la teta alemana, y que deberíamos aprender mucho de la austeridad y capacidad de ahorro de los alemanes. Es cuadriculada, trabajadora, tiene un marcado carácter prusiano y muy poco sentido del humor.

Ferrán Rañe es Marcelino Ruiz. Es un emigrante de setenta años, que hace casi cuarenta, decidió liarse la manta a la cabeza y trasladarse a Berlín. Después de sobrevivir como pudo, aprovechó la mano que tenía para la cocina y montó un restaurante de tapas. Con el tiempo, el “Pan y vino” se convirtió en un lugar de encuentro para los españoles que residen o que están de paso por la ciudad. Y es que entre tanto chucrut, y tanto codillo, algo como una tortilla de patata puede hacer llorar de emoción a un compatriota. Marcelino asiste con sorpresa a ver cómo una generación de españoles vuelve a Alemania cuarenta años después. Lo que no imaginaba es que entre ellos se encontraría con sus sobrinos.

Fele Martínez es Lucas Moreno. Lucas es el mejor ejemplo de que hay que tenercuidado con lo que se desea, porque se puede llegar a cumplir. Se sacó muy joven una oposición en elayuntamiento con el firme deseo de tener una vida tranquila. El problema es que, una vez ha renunciado a su plaza para instalarse en Berlín siguiendo a Flor, su mujer, ha visto sus deseos colmados: tener la vida resuelta. En un país extranjero, en el que no conoce el idioma y en el que no puede relacionarse, y sin más ocupaciones que cuidar de su bebé y de su casa, Lucas empieza a darse cuenta de que Alemania para él no es más que una jaula de oro.

Bárbara Santa Cruz es Flor Trujillo. Flor ha luchado mucho toda su vida para llegar a su status laboral. Estudió ingeniería industrial y consiguió un puestazo en Berlín en una multinacional del sector de la automoción: era el trampolín que su carrera necesitaba. Flor se ha hecho al entorno alemán, a su mentalidad y a su forma de trabajar. Se maneja en alemán y se pasa el día elogiando el modo de vida germano, sus servicios, su seriedad y su fiabilidad. Lucas, por su parte, empieza a estar un poco harto de las continuas comparaciones: lo que vale para un coche no debería valer para un país.

Jorge Bosch y Goizalde Nuñez son Jaime Carrasco y Chus Soto. Jaime y Chus son un fiel reflejo de la mella que la crisis ha hecho con la clase media en España. Padres de dos hijos de doce y ocho años, Jaime trabajaba como transportista haciendo portes todo el día de un lado para otro y Chus era cajera en un supermercado, echando más horas que un reloj. Hartos de sus intempestivos horarios y de sus esmirriados salarios, decidieron dar un giro laboral para montar su propio negocio, convertirse en sus propios jefes y marcarse sus propios objetivos. Con el dinero que tenían ahorrado y el que pidieron al banco y a los más allegados, montaron una pequeña tienda de alimentación en un barrio emergente de reciente creación. Se convirtieron en emprendedores en un momento en el que había que nadar sabiendo guardar la ropa.

Elisa Mouliaá es Manuela Nogués, la novia de Alex desde hace ocho años. Desde que se conocieron, se dieron cuenta de que estaban hechos el uno para el otro. A ella le gustaba tener todo controlado y la vida planificada. Todo iba bien y encaminado hacia una boda por la iglesia y con doscientos invitados hasta que Alex dio con sus huesos en la cola del INEM y el escuálido sueldo que recibía Manuela trabajando como esteticién no daba para pagar la letra del piso. Así que, a Alex no le quedó otra que seguir esa larga estela de jóvenes españoles que se han visto obligados a buscar “el Dorado” en el centro de Europa. Ambos estaban convencidos de que era la única solución y de que su amor era tan fuerte como para soportar un paréntesis migratorio de dos años.