Esperanza Spalding: amor propio

Esperanza Spalding es un cóctel de talentos en constante mejora y transformación. Esta estadounidense de ascendencia africana, hispana, galesa y nativa americana (ahí es nada) ya tocaba el violín con la Chamber Music Society de su Oregon natal a los cinco años. No sabía nada de música, pero se fiaba de su oído.

Enamorada del jazz desde su niñez, aprendió por su cuenta a tocar distintos instrumentos y, pasada su fase de niña prodigio (una etiqueta que detesta), se hizo famosa en el punto álgido de su fiebre afro. Con su disco Esperanza (2011) lo consiguió todo: premios, buenas críticas, fans... Su voz cálida y sutil se oyó en directo en la Casa Blanca, en los Oscar y en los Nobel, y se hizo con una legión de fans fieles hasta la muerte.

Pero ahora, con 31 años y cuatro Grammy en el bolsillo, Esperanza sabe que lo suyo con la música no ha hecho más que empezar. Acaba de lanzar su quinto álbum, Emily's D+Evolution (Universal), un "retrato musical" de la artista, un canto al empoderamiento y a la confianza en una misma y una apuesta por el aprendizaje constante.

Temas como Ebony and Ivy, Funk the Fear y la histriónica y operística I Want It Now son casi obras de microteatro en las que la artista convierte la música en algo profundamente personal... como siempre lo ha sido su carrera.

El nuevo disco de Spalding se llama Emily's D+Evolution por el segundo nombre de la artista, y juega con el retorno a la infancia ("devolución") y la transformación.