Foto de la cantante. / Warner Music / D.R.

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Birdy: el final de la infancia

Tiene 19 años y una voz que nos rompe el corazón. La cantante británica acaba de lanzar Beautiful lies, un disco sobre los sufrimientos (y gozos) de hacerse mayor.

Tiene toda la intensidad de la emoción adolescente y la madurez vocal de una artista consagrada. Birdy (Hampshire, Gran Bretaña, 1996) se ha convertido en una favorita del público en apenas cinco años de carrera musical.

Su tercer disco, 'Beautiful lies' (Warner) acaba de hacer su aparición, lleno de canciones que hablan de las alegrías y sinsabores de hacerse adulta, con ecos de Kate Bush, Dolores ORiordan o Florence and the Machine... y un timbre que oscila entre el pop clásico y el indie.

Es un disco sobre la luz en la oscuridad y sobre los momentos en que nos sentimos perdidos

Birdy

Además, esta jovencísima cantante (sobrina nieta, del actor Dirk Bogarde y con apellidos aristocráticos) ha sabido combinar su innegable talento musical con una carrera meticulosamente planificada. Hizo sus primeros pinitos en concursos televisivos, se hizo querer por la crítica versionando clásicos indie desde Bon Iver hasta Fleet Foxes con apenas 14 años, y se dio a conocer al gran público deslizando singles en las bandas sonoras de blockbusters juveniles (Brave, Los juegos del hambre, Bajo la misma estrella).

Joven Promesa

La portada de su nuevo disco, Beautiful lies (editado por Warner). / Warner Music / D.R.

Pero, naturalmente, la estrategia no le habría servido de nada sin esa voz delicada y poderosa que acompaña con su inseparable piano. Beautiful lies alterna pasión de vivir con melancolía infinita (como la vida misma) y alcanza sus cotas más altas en temas como Wild Horses o Keeping your head up. Todo un descubrimiento.