Poco antes de que el reloj marcara las 10 de la noche, comenzó el show en el Estadio Olímpico de Barcelona. Ante 46.000 personas, Beyoncé y su 'ejército' salían al escenario para cerrar por todo lo alto el periplo europeo de la gira mundial 'The Formation World Tour'.
Humo, una pantalla gigante en forma de cubo daba vueltas bañada en diferentes colores con la que, se intuía, su imagen allí plasmada, y el público enloquecía: Queen B estaba a punto de aparecer vestida de negro de pies a cabeza, con un gran sombrero y look de Dsquared2.
Beyoncé comenzó el concierto con los temas 'Formation' y 'Sorry', para atreverse después a cantar en castellano algunas estrofas de 'Irreplaceable', con la que ha mandado un 'recadito' a quien quiera escucharle: "Nunca más me vuelvas a engañar y a largarte". Interpretó capella 'Love on top', rindió homenaje a Prince con una versión de su 'Purple rain', derrochó sensualidad con 'Drunk in love' y con 'Naughty Girl', hizo retroceder en el tiempo con el 'Survivor' de las Destiny Child y terminó su recital de más de 30 canciones con 'Halo'.
El 'show' transcurrió con un publico entregado que disfrutaba con la música tanto como con el baile, vibró con las acrobacias del cuerpo de baile, con el castillo de fuegos artificiales y las grandes llamaradas que salían desde detrás del escenario, enloqueció cuando, descalza, exclamó un "I love you", y disfrutó con cada uno de los cambios de look de la diva ( aquí, los detalles del vestuario de Beyoncé en The Formation World Tour ).
Y la parafraseamos: "Nos vemos en la próxima", Queen B. Que sea pronto.
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