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El pasado 6 de noviembre se estrenó Masterchef Celebrity con un resultado inesperado: los famosos compiten y se emocionan tanto o más que los anónimos. Los concursantes lo han pasado realmente mal tratando de exhibir sus (a veces inexistentes) talentos gastronómicos. Sin embargo, como bien supo reconocer el jurado compuesto por Samantha Vallejo-Nájera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, un novato con ganas de aprender puede despuntar en cualquier momento, caso de Miguel Ángel Muñoz, un dechado de simpatía. Niña Pastori, otra de las cocineras con menos experiencia, quedó eliminada en la prueba final: su tarta de fresa quedó a medio hacer.
Pero además de las previsibles lágrimas de emoción o de nervios, el programa Masterchef Celebrity de ayer nos dejó momentos descacharrantes, nunca vistos en la edición de concursantes “normales”. Por estas cosas de los famosos sigue mereciendo la pena ver la versión celebrity de los concursos convencionales: este plus de naturalidad y excentricidad que aportan a los formatos es impagable.
El show de Loles León. La estrella de “La que se avecina” la lió por partida triple: en la primera parte del programa, tuvieron que llamarle la atención por su actitud rebelde: parecía que se tomaba el programa a broma. En la segunda, se puso las pilas, aunque siguió volviendo locos a sus compañeros de tanto cantar entre pucheros. Sin embargo, el momentazo Loles del programa fue contemplarla sentada en el regazo de un señor de Chinchón, localidad que sirvió de escenario para la prueba de exteriores, que no daba crédito al baile sexy que la actriz desplegó sobre sus, ejem, rodillas. Su tercer bombazo traerá cola: al ganar la prueba de exteriores, pudo rescatar a un compañero de la prueba de eliminación. Escogió a Fonsi Nieto por ser el rival más débil, ante la incredulidad y el enfado de Fernando Tejero.
El pelo de Cayetana Guillén Cuervo. La melena de la presentadora y actriz se convirtió en la protagonista inesperada de este primer programa de Masterchef Celebrity: “Parece que cuanto más trabajas, más se despeina”, le explicó Jordi Cruz. Lo cierto es que, de tanto trajín cocinillas, la pobre Cayetana parecía totalmente despeluchada, con el pelo entre electrizado y desmandado, imposible de sujetar en su trenza. Lo mejor es lo bien que se lo tomó ella, tan coqueta, mostrando su sentido del humor. Además, hizo la mejor tarta de fresa de la noche.
El enfado de Fernando Tejero. A priori el mejor cocinero del programa, ganó la primera prueba, un arroz con bogavante, confirmando buenas maneras y experiencia en la cocina de casa. Sin embargo, al no salvarse de la prueba de eliminación, donde llegaron Loles, Manuel Benítez y Miguel Ángel Muñoz, desveló un rasgo de su personalidad inesperado: una competitividad fiera. El enfado que mostró el actor cuando su amiga Loles salvó a Fonsi Nieto en vez de a él fue antológico. “Cállate, que te tengo un asco que no te puedo ni ver”, le espetó a su ¿ex? amiga. Todo muy feo, feo, feo.
El "señoriteo" de María del Monte. Ya sabíamos del extraordinario sentido del humor de la cantante de “Salta la rana”. Lo que no imaginábamos es que trataría de desmarcarse de la competición con la estrategia de la “señorita”: todo le cansaba, todo le agotaba a la cantante, hasta tal punto que llegó a decir que quería “irse a casa”, como una niña molesta por el esfuerzo. Falsa alarma: en la prueba de eliminación, que su tarta de fresa mereciera algunos halagos de Pepe hizo que se le saltaran las lágrimas de la emoción.
Los nervios de Manuel Benítez. Una pesadilla de nervios fue la que sufrió ayer Manuel Benítez al tener que contemplar desde la barrera cómo su mujer, Virgina Trocóniz, se jugaba la eliminación. Pesado hasta el infinito con sus preguntas y sus consejos, hubo un momento en que, ante el enésimo “¡Ánimo gordita!”, Virginia le tuvo que decir: “¡Cállate ya!”. El matrimonio es tan lindo, que resolvieron la situación por lo bajini en cuanto Virginia se salvó: “Es que no me puedes hablar tanto”, musitó ella. “Vale, perdona”, se disculpó él con un beso. Lindos, lindos.