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Las distintas historias en desarrollo dentro y fuera de la casa comienzan a evolucionar, algunas en la línea de la degeneración. Eso permite que podamos asistir a momentos ridículos que no son protagonizados por Aída Nízar, la sospechosa habitual en este tipo de maniobras. Está visto que hasta el más insospechado puede protagonizar en cualquier momento un resbalón. Incluido el 'Súper'.
Alejandro Abad se disfraza de Aless Gibaja. El gran compositor se colocó unas extensiones, una diadema con orejitas de gato y una varita mágica con la intención de disculparse con Aless Gibaja por aludir a su orientación sexual de manera peyorativa. Sin embargo, terminó ridiculizándole de nuevo y confirmando aún más su homofobia. En unas frases que suscitaron cierta indignación en plató, Abad afirmó que en realidad es tolerante porque tiene "una parte femenina muy importante" y que "dos o tres veces a la semana se alegraba mucho de ver a su mujer". Aunque él no se aclara, los críticos en plató y el público sí se aclaran con él.
Los disgustos pasivo-agresivos de Irma. Por increíble que parezca, en un momento en que Emma Ozores debía estar más que enfadada por haberse llevado en la nominación dos puntos de su amiga, era Irma la que lloraba desconsoladamente por las esquinas. Emma solo le pidió un tiempo para olvidar el incidente, pero la ex presentadora convirtió el incidente en un dramón en el que la herida parecía ella.
El error garrafal del 'Súper'. El momento culminante de la prueba de ayer debía ser el encuentro entre Alyson y Aylén, sin que la primera se diera cuenta de que la segunda es la novia de su amado Marco. Sin embargo, al 'Súper' le traicionaron los nervios y, en vez de decir "Alyson al confesionario" dijo: "Aylén al confesionario", destapando que la aún novia de Marco estaba en la casa.
La frialdad de Aylén. La novia de Marco cometió el error número uno de la concursante de 'realities': pensar más en la audiencia que en el corazón. Ayer recibió a Marco con orgullo y prejuicio por bandera, sin mostrar realmente sus sentimientos. No logró ni un gran momento televisivo ni una reafirmación de su relación.
Parece que Aída no lleva ropa interior al menos en la casa, porque se le vio el trasero cuando Elettra le levantó la falda mientras trataba de representar la mecánica del llamado "beso trompeta" (para más detalles de este beso, mejor ver el vídeo en la web de Telecinco). La explicación de su madre: "Ella en la calle siempre lleva ropa interior que además es una cosa que me prometió hace muchísimo".
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