Del Upper East Side a Brooklyn, la vida de Thomas Spencer -el protagonista de Historia de un canalla, el último libro de la escritora y columnista de Mujerhoy-, está irremediablemente atada a Nueva York. En la parte alta de la ciudad empieza un relato sobre la ambición, el egoísmo y el resentimiento que recorre la geografía urbana neoyorquina y ha vendido ya más de 250.000 ejemplares en nuestro idioma. "Nueva York es una ciudad que siempre te asombra y que nunca terminas de descubrir -señala Julia Navarro-. Me fascina, porque debe su personalidad apasionante a todos los que llegan a ella. Es un auténtico crisol, pero a la vez es una ciudad muy individualista".
Nueva York es, además, uno de sus destinos favoritos. Una ciudad convertida en escenario literario imprescindible de nuestra época, pero que es a la vez el territorio íntimo de muchos grandes escritores, el lugar donde encontraron inspiración, su barrio, su casa. ¿Dónde podemos iniciar con Julia Navarro una ruta cargada de libros sino en la Biblioteca Pública de la ciudad? Construida en 1899, en la calle 42 entre la 5ª y la 6ª Avenida, es una de las bibliotecas más importantes del mundo y la segunda del país tras la del Congreso, en Washington. En sus salas hay más de tres millones de libros a disposición de los lectores. Y sí, también se puede visitar como turistas.
Pero si no solo queremos mirar, en el 828 de Broadway está uno de los destinos imprescindibles de Navarro cuando visita la ciudad: "Me encanta pasar por la librería Strand Bookstore y pasar horas recorriendo sus pasillos, buscando, mirando... me gusta todo". Fundada en 1927, dicen que tiene casi 30 kilómetros de estantes llenos de volúmenes y la cantante Patti Smith reconoció en sus memorias que trabajó allí como dependiente cuando era joven.
Muy cerca de esa zona, en los barrios del sur de Manhattan, las referencias literarias se multiplican. En Washington Square situó Henry James los personajes de la novela que tituló con ese nombre. Y unas manzanas más al sur, un bar de Greenwich Village llamado White Horse Tavern, en Houdson St., se convirtió en el cuartel general de la generación beat en los 50: Dylan Thomas, Anaïs Nin, Norman Mailer, Hunter S. Thompson y Jack Kerouac compartieron copas y letras en él. Y en otro local nocturno -el Chumley´s, en Bedford St.-, vivieron noches y excesos William Faulkner, John Steinbeck, Eugene O´Neill, John Dos Passos... Lo mejor de la literatura norteamericana del siglo XX.
Pero si hay un destino literario en Nueva York ese es Brooklyn Heights. Julia Navarro sitúa allí una época crucial en la vida de su protagonista, Thomas Spencer. Su futuro se perfila en ese barrio como lo hizo el de algunos de los grandes de la literatura contemporánea. Son un puñado de manzanas, pero tienen el valor literario por metro cuadrado más alto del mundo. Por ellas pasearon Arhur Miller, Thomas Wolfe, Truman Capote, Norman Mailer, Henry Miller...
Con la escritora, recorremos a pie esas calles, buscando las placas que aún recuerdan a sus ilustres habitantes. En el 91 de Remsen St, vivió Henry Miller antes de trasladarse a París. En el 169 de Clinton St. residió H.P Lovecraft. Y a unos pasos, en el 102 de Pierreport, nos encontramos con un edificio donde vivieron dos de los grandes: Norman Mailer, que compartió piso allí con sus padres tras graduarse en Harvard y antes de alistarse al Ejército en la II Guerra Mundial, y el dramaturgo Arthur Miller. Ambos residieron luego en otras casas de este barrio, pero no cuesta imaginar ese cruce literario en las escaleras del portal.
Ventanas de Nueva York, de Antonio Muñoz Molina. "Él vivió muchos años allí y es un resumen de sus impresiones, muy grato de leer, para ver la ciudad con una mirada diferente".
Trilogía de Nueva York, de Paul Auster, "desnuda la ciudad y resume a la perfección su espíritu".
El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger. 2De la mano de su joven protagonista, nos vamos perdiendo por la ciudad".
Manhattan transfer, de John Dos Passos, "nos lleva a la Nueva York de los años 20, con la Gran Depresión latente".
La hoguera de las vanidades, de Tom Wolfe, "un relato del boom financiero que nos condujo a la crisis".
Desayuno en Tiffanny, de Truman Capote. Un clásico que no ha perdido su encanto.
Al oeste, en 5 de Montague Terrace, vivió Tom Wolfe. Y en el 70 de Willow Street, en el sótano de una mansión amarilla en la que residió una década, Truman Capote escribió A sangre fría y Desayuno en Tiffany´s. Sus ventanas no son como esas en las que Holly Golightly (encarnada por Audrey Hepburn en la versión cinematográfica), cantaba Moonriver, pero no nos cuesta pensar en Capote imaginándola. Y más cerca del río, en Park Slope, Martin Amis y Paul Auster siguen siendo ilustres vecinos.
Lejos ya de Brooklyn, la última recomendación de la escitora tiene mucho que ver con nuestras letras: la Hispanic Society of America, en la 155 St. "Es un lugar que no hay que pasar por alto. En su museo hay obras de Sorolla, Murillo, Velázquez, Goya, y una biblioteca con más de 250.000 ejemplares, algunos valiosísimos, como el primero Fuero Real de Castilla o una primera edición de El Quijote".
20 de enero-18 de febrero
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