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Dos grandísimas series de televisión contarán en 2017 con la Princesa Diana como un personaje más de su reparto y, además, en un lapso de tiempo considerable: desde su boda con el Príncipe Carlos a los 20 años y hasta su muerte a los 36. Se trata de la tercera temporada de 'The Crown', que comienza a rodarse este año, y de la segunda temporada de 'Feud', una serie temática que retrata enemistades épicas y que, en su segunda temporada (la primera temporada se detiene en Bette Davis y Joan Crawford), reflejará la guerra entre los Príncipes de Gales. Al Buckingham Palace no le va a hacer ninguna gracia esta “broma” de las productoras de televisión americanas.
Los agentes de Hollywood y Londres están alerta ante el más mínimo movimiento de los directores de casting: saben que de la credibilidad de este personaje depende el éxito de ambos shows y se la van a jugar con una actriz solvente. Una de las mejor situadas en las quinielas es Rosamund Pike, la protagonista de 'Perdida' (2014), de 38 años y complexión de la típica “English rose”. Sin embargo, la gran apuesta sería Carey Mulligan, cuya participación podría servir en bandeja un Emmy o un Globo de Oro.
Las tres actrices que van a la zaga son menos conocidas. Sarah Gadon, canadiense, tiene el físico perfecto, quizá demasiado. Interpretó a una joven Elizabeth II en la comedia 'Noche real'. Annabelle Wallis, más terrenal, fue Jane Seymour en la añorada 'Los Tudor' y hasta participó en la 'tv movie' 'Diana: los últimos días de la Princesa', como la novia modelo que Dodi Fayed dejó por Diana. Por último, suenan también Imogen Poots, de 27 años y una de las actrices jóvenes más reclamadas, y Rebecca Ferguson, sueca y la próxima chica de la nueva película de la saga 'Misión imposible', de Tom Cruise.