vivir
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Hasta que llegó Gran Hermano, solo el sexo y lo escatológico escapaban al escrutinio de la televisión. Gracias a la invención eufemística del 'edredoning', pudimos asistir a los ruidos y mecánica de las relaciones sexuales en todas sus variantes sin que apenas se nos moviera una ceja. Desde ayer, los seguidores de Gran Hermano Vip saben que Aída Nízar decidió 'elevar' el nivel del programa defecando en el suelo del baño común. No parece que nadie se haya escandalizado mucho, así que podríamos estar asistiendo a la normalización de la caca en televisión. Preparémonos.
El increíble 'cacagate' sucedió de la siguiente manera: alguien dejó tirado en el baño un papelito de los que recubren las compresas. Aída se quejó amargamente de “lo guarra que es la gente”. En venganza, Aylén y Elettra pusieron cacao imitando caca en el baño para provocarla. La reacción de Aída ante el reto fue inesperada: defecó en el baño y restregó el resultado por el suelo. “Ala, qué a gusto me he quedado”, se reafirmó. “Querían mierda, pues ahora tienen mi propia mierda. Que nadie se ría nunca de la Nízar. Que viva la mierda, señores ,pero que nunca nadie se atreva a cagarse en Aída”, amenazaba ufana. “Esto es así: hasta Dios me motivó en esto”, zanjó.
Lo cierto es que, a lo largo de toda la semana, Nízar puso en juego todas sus artimañas para lograr que la audiencia la mantuviera en la casa. Tan desatada estaba, que el resto de sus compañeras cogió miedo: “Seguro que ahora va a cagar en la cama de alguien o hacerse pis”. A Elettra llegó a decirle: “Eres una mierda con tus labios de chorizo y tu culo y tus tetas de silicona”. A Alyson tampoco la dejó tranquila: “Y tú eres una maldita guarra, pero tú eres guarra aquí y en tu casa”. A Emma le criticó el sarro entre los dientes, las bragas demasiado grandes, el ropa antigua y “el culo desgastado”. Ante de irse a Brasil, donde estará una semana, Elettra le gritó una frase que puede quedar para la pequeña historia de la tele como el tuit resumen de esta edición de GHVip: “¡Adoro mi caca!”.
Al final, el mal rollo de Aída cansó más a la audiencia que la pasiva-agresiva Aylén, una pereza de mujer en toda regla. A su llegada a plató, fue recibida con una manteo de Alejandro Abad y Toño Sanchís que terminó con los tres por el suelo. “Fue un programa de mierda”, le dijo Jordi González. “Es que cuando tratas con ese tipo de gente hay que responderle con la mierda a su altura”, contestó ella. “Como dice Jorge Javier Vázquez, “¿de qué se trata, de que te vean o de que te quieran?”. Otra frase para la microhistoria de la televisión.