vivir
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Por fin se estrenó “ All you need is love... o no” y ha resultado un remedo de “Lo que necesitas es amor” pero más faltoso. Marca Risto. La fórmula no ha convencido al público de Telecinco y la cadena no esta contenta con la marca: un 14,1% de audiencia, muy bajo para su 'prime time'. Es la primera vez que el soberbio publicista se cae con todo el equipo en un estreno.
Veremos cómo reacciona para salvar su barca. Si es cierto que Risto aspira a convertirse en un Jorge Javier, un Jesús Vázquez o un Jordi González, con un contrato fijo a cargo de la cadena, va a tener que currárselo mucho más. Y mejor.
El programa adolece de dos problemas fundamentales: es larguísimo y se nos hizo larguísimo, un aburrimiento. Y, además, sus protagonistas se asemejaban muchísimo a los jóvenes tronistas de “ Mujeres hombres y viceversa”, actores profesionales para historias guionizadas expresamente para el programa. Al final, te das cuenta de que todos esos chicos musculados y chicas hiperproducidas que pululan por Telecinco dicen lo que les digan para triunfar en la televisión. Allí donde “ First Dates” apostó por las historias de la gente verdadera y triunfó se hunde “All you need is love... o no”.
Risto Mejide
Para rematar el tedio, Risto Mejide sufró un resbaló mental que dio que pensar sobre su idoneidad para presentar este preciso programa: ¿no se habrá quedado un poco obsoleto su software sentimental para tratar las relaciones del siglo XXI? Además de su idealización viejuna del amor romántico, calificó de “calientapollas” a una participante por coger de la mano a su compañero de piso cuando van al cine.
"Lo que estoy pensando no lo puedo decir... Pero esto en mi pueblo tiene un nombre. Qué coño, lo voy a decir: esto es ser una calientapollas". Pobre Risto, se le ha visto el plumero viejoven. Qué bien hizo Carlos Sobera al empaparse del 'charme' de Jesús Puente (en aquel maravilloso programa “Su media naranja”) para hacer “First Dates”. A Risto le sobra juzgar y le falta amor. Pero mucho.