Desconexión: viajes low cost 

La capital de Islandia nos abre las puertas al tercer país más feliz del mundo, según el Informe Mundial de la Felicidad. Reikiavic significa bahía humeante y hace honor a su nombre: el hielo y el fuego emanan en forma de géiseres, cascadas, volcanes y glaciares.

Pero allí hay mucho más que naturaleza: la curiosa iglesia Hallgrímskirkja, de basalto; el modernísimo centro cultural Harpa; el Museo Aurora, que recrea los cielos boreales; o las maquetas de ballenas a tamaño real del Wales of Iceland. Pero nada tan impresionante en junio y julio como el sol de medianoche. Con él, llega la animación a los restaurantes de la calle Langaveur, las tiendas hippster de Skólavör ustígur y los modernos cafés, como Laundromat (Austurstraeti, 9).

Si tienes unos días, ve a la península Snaefellness, a 150 km, cuyos paisajes inspiraron el Viaje al fondo de la tierra de Julio Verne. No te pierdas los acantilados entre Arnastapi y Hellnar; sus playas negras, desde donde avistar ballenas; y el glaciar Snaefellsjokull y su volcán.

La capital polaca ha sabido construir un puente entre el pasado renacentista y barroco del Stare Miasto (su centro histórico, recuperado tras la 2ª Guerra Mundial y declarado Patrimonio de la Humanidad) y la más moderna arquitectura. No te pierdas el Metropolitan (Plza. Pilsudki), firmado por Norman Foster; el Trade Tower Warsaw (Chlodna); la Biblioteca de la Universidad (Dobra); la escultura arcoiris de la Plaza Zbawiziela; o el centro comercial Zlote Zarrasky, cerca del Palacio de la Ciencia y la Cultura, icono de la época comunista.

Ese espíritu de vanguardia lo encontrarás también en el antiguo barrio industrial de Praga, hoy lleno de clubes, restaurantes, galerías de arte, teatros... Si te gusta la moda, descubre los diseños de Ania Kuczynska (Mokotowska, 61), Robert Kupisz o los jóvenes MISHV, Local Heroes y Aloha from Deer. ¿Una pausa? Toma un café en Blikle, en la preciosa Nowy Swiat 33, o prueba las pierogui (empanadillas) en Freta (Zapiecek, 8). Y no dejes de dar un paseo por el Camino Real hasta el parque Lazienki. Si es domingo, podrás escuchar conciertos bajo un sauce, junto a la estatua de Chopin.

Los futboleros tienen una cita en la capital galesa el 3 de junio, con la final de la Champions League. Y para el resto es una opción menos conocida y mucho más asequible que las otras capitales británicas: Londres y Edimburgo. ¿Su punto más animado? Mermaid Quai, los muelles que concentraron la exportación de carbón y donde hoy brillan el Millenium Centre, el Parlamento y los pubs, tiendas y restaurantes de la marina.

¿Un paseo perfecto? A pie por High St., Saint Mary St., Working, The Hayes y Queen St., que te llevan al Castillo y al parque Bute. Esas calles están conectadas por las galerías victorianas, llenas de tiendas y cafés. Prueba las típicas welsh cakes (pastas) en el mercado central y los incontables quesos galeses en Madame Fromage (Castle Arcade, 21).

Al noreste, en el barrio universitario de Cantón, descubre cocinas exóticas. Y en Pontcanna, la zona más trendy, tiendas bio, de moda y restaurantes, como The Smoke House, Fish 85 y Mochyn Du Pontcanna. Por la noche, copas en el Bar 44 (West Gate 15-23,) o en los locales de Womanby St..

A los pies del Etna, su herencia romana, judía, árabe, bizantina y barroca pervive en las calles de la capital de Sicilia. La dolce vita hierve en este rincón en estado puro. Callejea para descubrir el teatro romano y los palacios de la vía Crociferi, y date un homenaje gastro en sus trattorias o en Aci Trezza, el pueblo frente a los farallones de los Cíclopes. Y escápate a Isola Bella, de las mejores playas de Taormina.

Dinámica, ecológica, vanguardista, fashion... es una de las ciudades con más carriles bici del mundo y mejor calidad de vida. En Medienhafen, más de 50 arquitectos de primera fila firman los edificios que hay en el paseo junto al Rin. En torno a Loreto Strasse tienes restaurantes; si prefieres tiendas vintage y bio, pasea por la Ackerstrasse Flinger; aunque Pempelfort, junto al Kunst Palace, es el barrio de moda. Y toma nota de las tendencias en Königsallee.

En la capital europea del cultura no te pierdas el festival North Side (junio) y la inauguración del centro cultural DOKK1, que une los muelles y la ciudad. Súbete a una bici y contágiate de la actitud hygge (relax, eco y sana) danesa antes de ver la exposición The Garden. Y disfruta de los cafés y talleres de Gosbannen y el moderno distrito Este.

A una hora en coche desde Tánger, es posible realizar un viaje en el tiempo a nuestro pasado. La que fue capital del protectorado español de Marruecos entre 1913 y 1956 lo mantiene vivo en el nombre de calles y comercios, y en muchos de sus habitantes.

Al pasear por el Ensanche y el bulevar Mohamed V sentirás que has vuelto a la España de los años 30 y 40, con sus edificios modernistas y racionalistas: el Instituto Cervantes, La Equitativa, La Unión y el Fénix, el Teatro Español, el Casino, la Casa de España y la sede del protectorado. Allí se rodó gran parte de la serie El tiempo entre costuras. Pero no olvides su medina, que conserva entre sus muros blancos la vida de sus vecinos y es Patrimonio de la Humanidad.

Aromas a especias flotan en el laberinto que encierran sus siete puertas, que conducen al barrio andalusí, a la judería, a las curtidurías (Bab Dbagh), al zoco Al Fouki (con puestos de verduras), y al Houts (alfombras y cerámica). No te pierdas el Museo de Arte Moderno en la antigua estación y el Centro de Artesanos, frente a la puerta de la Reina. Y muy cerca, las magníficas playas de Rincón o M´diq.