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La gala de los domingos que presenta Sandra Barneda dio muestras de agotamiento y cierta falta de discurso: los guionistas se la ventilaron con una especie de porra de tres horas en las que no salimos de la cuestión de quién ganará finalmente el concurso. Ni Barneda ni los colaboradores aprovecharon la presencia en plató de Juan Miguel, quien se escapó vivo de la tarea de desenmascarar a sus enemigos Iván y José Luis. Entre los colaboradores, ambos concursantes concitan pocos apoyos: parece que el sistema se muestra favorable a una ganadora femenina. Se le achaca a Iván juego sucio y a José Luis, falta de chispa. Sin embargo, el público podría votar en masa al cocinero: por trabajador y por su sencillez de pueblo.
Alba y Laura siguen montándoselo por su cuenta, como casi todo el programa. A pesar de que los chicos proveían y hacían fuego, en realidad no han tenido intención de comunicarse con ellas ni de entenderlas, y las han apartado desde el primer día. El micromachismo macromolesto de Jose Luis se expresa perfectamente cuando le dice a Laura que está por enterrar el hacha de guerra, pero no por hablar con ella ni disculparse. Lo que le enerva es conocer una versión del mundo que no sea la suya, no vaya a ser que le demuestren que existen otras perspectivas del juego y de la vida.
Laura, que es una avispada concursante, se ha dado ya cuenta de que la chispa y el carisma que está desplegando Alba en esta parte final del juego puede hacerle ganadora, y ayer se lo dijo directamente: " Te veo ganadora. Este es tu año: te lo mereces". La rubia, por su parte, sigue dando frases memorables. Sobre Jose Luis, dice: "Solo insulta y se mete con la gente, pero si es mujer, más". En un momento especialmente mágico en el que ella y Laura observaban el caer del sol en la orilla del mar, Alba avistó en una esquina una figura masculina:. "Siempre que estoy en un momento zen, mágico, veo un hombre meando", se quejó a Laura. La amistad entre ambas parece real: "Vuelvo como un tigre de Bengala, con muchas ganas de ver a los amigos y a la familia, de salir de pasarlo bien... Cuando digo amigos y familia también te incluyo a ti. No te creas que te vas a librar tan fácil de mí", le aseguró Alba.
Por lo demás el programa estuvo lleno de momentos extra-ordinarios, como cuando Lydia Lozano se levantó de su asiento indignada con el plano que le estaba haciendo insistentemente el cámara: resulta que lo que se veía a ambos lados de su cara eran los pezones que trasparentaba el ligerísimo vestido de María Lapiedra, sentada justo detrás. El ex concursante y periodista Nacho Montes profirió sus impertinencias de rigor sobre sexo anal y, en un retruécano impensable, cerró el programa Vicky Larraz, la primera cantante de Olé Olé, quien se postuló como concursante para el año que viene antes de cantar "No controles". La que faltaba.
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