La reina Isabel II. / gtres

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El mito de la ginebra y las abuelas británicas es cierto

La reina Isabell II tiene un vicio confesable...

Pocas estampas hay más 'british' que la de una 'lady' de cierta edad, tomándose una buena ginebra. O dos. La leyenda acerca del gusto de las abuelas inglesas por los licores blancos surca los mares del cine y la literatura de siempre, sobre todo en los relatos ambientados desde era victoriana hasta la actualidad. La fallecida Reina Madre, madre de Isabel II, se hacía servir cada día un gin tonic que, en realidad, era casi todo ginebra: una décima parte de Dubonnet (un vino alcoholizado que lleva también hierbas, especias y quinina) y las restantes, de 'gin'. Vivió hasta los 102 años.

Ahora sabemos que la reina Isabel II, quizá honrando a su madre o probablemente por costumbre familiar, también gusta de tomarse su cóctel diario de ginebra. En realidad, sus cócteles, porque la segunda mujer con más títulos del mundo se toma nada menos que cuatro cada día. Así lo ha revelado la revista 'Business Insider', a cuyo conocimiento ha llegado que la monarca empieza con la ginebra y el Dubonnet justo antes de comer. Alegría.

Por lo que parece, la Reina es algo más moderada que su madre y toma el cóctel de ginebra más ligero de alcohol (solo un tercio) y con abundante hielo y una rodaja de limón. Su régimen achispado continúa con vino en la comida y un 'dry martini' en la tarde (más ginebra). Ya por la noche, después de una cena ligera, suele despedir el día por todo lo alto: con una copa de champán Bollinger, Lanson o King. Al parecer, solo hay una bebida alcohólica a la que decididamente dice no: la cerveza.