Una mujer con su móvil. / adobe stock

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¿Padeces el síndrome de ansiedad por separación de tu móvil?

Estas personas padecen dolores en el cuello y en las muñecas por la tensión con la que se relacionan con el teléfono comparado con otras personas menos dependientes.

Sí, existe, esa sensación de angustia que te invade cuando crees que te han robado el móvil o que te lo has dejado en casa. Desde 2012 se acuñó como nomofobia los sentimientos de incomodidad y ansiedad causados por el aislamiento social que conlleva no tener el móvil disponible.

Ahora un estudio compara cómo impactan los altos o bajos niveles de homofobia en la percepción que la gente tiene de la importancia de sus teléfonos y sugiere qué tipo de personas están en un mayor riesgo de desarrollar una relación poco sana con su dispositivo. La investigación ha sido publicada en Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking.

Ahí aseguran que es común que la personas c onsideren sus teléfonos como “una extensión de ellos mismos”, especialmente cuando usan el teléfono como una herramienta de almacenaje donde llevan sus fotos, sus vídeos, sus whatsapps y sus redes sociales. Todo eso al final es parte de su identidad y de su vida inmediata, es un dispositivo que guarda sus recuerdos, sus emociones, el pasado y el presente más reciente, y, no menos importante, del que depende su vida social.

Estos sentimientos explican la tendencia de las personas a revisar inconscientemente donde está su teléfono y a alarmarse si no lo encuentran en una primera búsqueda y en los lugares habituales. Estas personas son las que están más en riesgo de desarrollar el síndrome de ansiedad por separación de su Smartphone. Estos usuarios más dependientes de sus teléfonos suelen, según el estudio, usar palabras casi dramáticas cuando han extraviado su teléfono como dolor y soledad, mientras que otros que tienen una relación más laxa con su dispositivo hablan en términos de “incomodidad” o incordio”.

Las personas con altos niveles de nomofobia reportan padecer dolores en el cuello y en las muñecas por la tensión con la que se relacionan con el teléfono comparado con otras personas menos dependientes que suelen decir con frecuencia que se distraen en el trabajo y se olvidan del teléfono. El estudio indica que las personas que hacen un uso problemático, casi patológico de su teléfono desarrollan también enfermedades físicas en sus vidas diarias.

La ansiedad por la separación del teléfono no es ninguna novedad. Un estudio previo había demostrado que estar lejos del móvil en algunas personas podía incrementar la frecuencia cardiaca y las tasas de presión arterial. Según este estudio la nomofobia es algo real y no una de las típicas enfermedades modernas y virtuales que salen día sí y día también en la prensa.

En la medida en que la tecnología móvil se vuelva más ubicua, interactiva, invasiva y accesibles la dependencia del móvil y sus consecuencias serán más evidentes. Los autores del estudio recomiendan que nos entrenemos en privarnos durante 24 horas del teléfono de vez en cuando para poder desarrollar anticiuerpos contra la nomofobia.

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