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Se trata de una ofensiva total a la cultura machista que, además de los piropos, incluye todo tipo de acoso callejero, silbidos incluidos. La iniciativa del gobierno francés no solo contemplaría este nuevo tipo de figuras criminales, sino que también perseguiría otros comportamientos considerados, aún hoy, inofensivos, como pedir repetidamente el número de teléfono a una mujer en el espacio público.
Marlène Schiappa, responsable de las cuestiones relativas a la igualdad de género en el gobierno francés, está trabajando con otros miembros del Parlamento para lograr un texto legislativo que destierre de una vez por todas la intimidación de las calles francesas. Queda aún por resolver la cuestión de las penas y, claro está, la aprobación final por parte de la asamblea.
“Nuestro propósito es delimitar perfectamente lo que significa acoso callejero, de forma que la policía pueda imponer multas a los hombres que persiguen a las mujeres, las intimidan o las acosan”, ha explicado Schiappa. “Debemos terminar con el consenso tácito de aceptación de esta violencia que existe en nuestra cultura”. Esta iniciativa legislativa se pone en marcha después de que las encuestas revelaran que prácticamente todas las mujeres francesas han sido alguna vez acosadas en la calle.
El machismo en 100 frases
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