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Yves Saint Laurent tenía dos hogares: Marrakech, una ciudad luminosa que le recordaba al Orán de su niñez, donde descubrió el color y creó algunos de sus diseños más importantes; y París, la ciudad a la que llegó con 18 años y que conquistó a fuerza de talento y trabajo. Ahora, las dos ciudades se han puesto de acuerdo para rendir homenaje al mosdisto e inauguran, casi simultáneamente, sendos museos en su honor.
El Museo Yves Saint Laurent Marrakech (mYSLm) abre sus puertas el 19 de octubre, con unos fondos seleccionados por el recientemente fallecido Pierre Bergé, compañero de toda una vida (en lo profesional y en lo personal) del diseñador. La colección, centrada en la creatividad del modisto y en sus lazos con la ciudad, es más emotiva y menos sistemática que la del espectacular Museo Yves Saint Laurent París, que se inaugura el 3 de octubre. Ocupará el emblemático edificio que acogió el atelier del maestro durante más de 30 años y mostrará una vasta colección permanente y exposiciones temporales.
Tan diferentes como son, los dos proyectos -ambos de la Fundación Pierre Bergé-Yves Saint Laurent- retratan al modisto en toda su riqueza, según Bjorn Dahlstrom, director del mYSLm: "Él era de Marrakec y París, color y negro, masculino y femenino, la línea y el arabesco. Juntos, forman la esencia de YSL".
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