vivir
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Conforme pasan los días (aún no podemos hablar de semanas), se recrudece más la situación en Gran Hermano. Por un lado, la tensión sexual está llegando a un punto de folletín: aunque está claro quién querría con quién y con quién no, la estrategia del juego pesa demasiado como para actuar libremente. Por otro, el perfil de macho alfa de algunos concursantes produce otro tipo de tensión: justamente la contraria.
Ayer, Hugo, el mayor de la casa con 43 años, nominado automáticamente por todos los concursantes, se desmarcó en plena nominación, en el momento con más audiencia de la noche (probablemente), con una bomba. Le soltó a Cristian Fernández que le daba tres puntos porque no le había gustado que contara detalles de su vida sexual a sus compañeros, exactamente la posición que su novia prefería ocupar en el sexo. “Me parece de poco hombre contar esas cosas”, le achacó. Por poco llegan a las manos.
Los dos comenzaron a intercambiar insultos hasta el punto de levantarse y encararse, momento en el que otros concursantes se levantaron también para impedir que se acercaran demasiado. La tensión llegó a tal extremo, que la novia aludida, en el plató, tuvo que tomar el micrófono para sostener que su novio “era muy hombre”. Parece increíble que a estas alturas del siglo se sigan usando estos argumentos. Y entre gente tan joven.