vivir
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Ser mujer es ser víctima del síndrome del look menstrual. Es haber andado onomatopéyicamente con una compresa de tamaño industrial en el colegio, cual luchador de sumo. Es frotar y refrotar la ropa interior con jabón en el lavado porque se te manchó la noche anterior. Y seamos francas, eso no hay jabón de manos que lo quite. Es tener una vez al mes un sobrecito de ketchup en el bolsillo de tu pantalón. Es tener un amplio catálogo de las mundialmente conocidas como "bragas de regla" -tan amplio el catálogo como la braga- utilizadas de forma estratégica en la primera noche. Ser mujer y valiente es ponerte pantalones claros cuando la regla se te ha retrasado.
Muchas veces no se habla de todo lo anterior. Porque nuestra menstruación sigue repleta de incoherencias y tabúes. Todas hemos asumido con cierta naturalidad el atiborrarnos de antinflamatorios cada mes, pero seguimos sin considerar natural pedir un tampón en el trabajo. Hay gente a la que le suena la sintonía de Narcos cuando traspasa un tampón en el ángulo ciego del pasillo de la oficina; gente que transporta el susodicho tampón agarrado con enseñamiento, como si fuese a aparecer la brigada antidroga por intuirse un trozo de plástico amarillo en la mano. Luego están ellos, que ni se atreven a pronunciar su nombre: "La mujer de rojo", "Andrés, el de una vez al mes", "esos días".
En una entrevista en los Juegos de Brasil la nadadora Fu Yuanhui se agarró el costado con una expresión de dolor. Dijo que le había venido la regla el día anterior. Entonces se prestó atención a un tabú: las deportistas también tienen la regla. En 'Confrontar el último tabú innombrable: la menstruación', Karen Houpper habla de muchos de esos preceptos, y de cómo la sociedad y la publicidad han esbozado a lo largo de décadas los parámetros de lo que es un comportamiento aceptable respecto a nuestra menstruación. Todo, o casi todo, debería ser aceptable. Como hablar de la regla. Como intercambiar un tampón. O como la pijamitis que sufres cada mes.
Guión: Lucía Taboada. Ilustraciones: Raquel Córcoles.
Personajes tomados de 'Dejar de amargarse para imperfectas'. (Editorial Zenith).
*Artículo originalmente publicado en el número 967 de mujerhoy.