Los dilemas que plantea contratar internet barato

Antes de contratar una oferta de Internet barato , pueden surgir las dudas sobre la calidad del servicio u otras consideraciones similares. Un menor coste en la factura de Internet no implica necesariamente una peor conexión o una velocidad más baja. Si nos planteamos este dilema, conviene responder a una serie de dudas para tener claro que estamos tomando la decisión correcta.

¿Qué es más barato, el ADSL o la fibra óptica? Un debate que cada vez admite menos discusión. Casi todas las compañías de telecomunicaciones han igualado el precio de su oferta ADSL con la opción más básica de fibra óptica. Por tanto, este factor no tiene tanta importancia como años atrás, cuando la tecnología ADSL era más barata que la opción de fibra: ahora mismo la fibra óptica es tan económica (o más) que una oferta ADSL.

¿Se puede contratar Internet barato en cualquier zona? Uno de los factores principales a la hora de decidirse por contratar una opción de fibra óptica o ADSL es la cobertura. La penetración de la fibra óptica en ciudades es cada vez mayor y quedan pocos núcleos urbanos sin esta tecnología. En el caso de no tener opción a fibra óptica, no queda más remedio que conectarse con ADSL. Si cuentas con las dos opciones y la centralita ADSL está lejos de tu vivienda, mejor hacerse con fibra óptica.

¿Contratar Internet más barato implica menos velocidad? No necesariamente. Como ya hemos señalado, muchas ofertas de fibra óptica son igual de económicas o más que las opciones de ADSL. Y en términos de velocidad, la fibra gana la partida. El ADSL puede llegar a alcanzar como velocidad máxima los 30 Mbps de descarga, y alcanzar los 3 Mpbs de carga. En cambio, la fibra óptica tiene en sus packs más económicos una velocidad de 50 Mbps, tanto en la carga como descarga de datos.

¿Si le doy uso frecuente a mi conexión debo pagar por más velocidad? Teniendo presente que es posible contratar una conexión de fibra óptica de 50 Mbps a un precio económico, esta cuestión no debería preocuparnos. El problema surge cuando en un mismo hogar existe una conexión simultánea de varios dispositivos (TV, portátiles, tablets, teléfonos móviles…) y exige un elevado número de datos. Debemos cerciorarnos bien del uso habitual que tenemos de Internet y valorar cuál es el número de megas que necesitaremos para que no se vea comprometida la velocidad de nuestra conexión.