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Hay millones de recetas de slime en internet, canales de Youtube temáticos, cuentas en Instagram, fotos, videos... ya sí todo lo que puedas imaginar. Entre las recetas hay un ingrediente estrella, el bórax. El bórax es un mineral compuesto de ácido bórico, sosa y agua que cristaliza y que se suele utilizar en el hogar como pesticida, desodorizante, limpiador o quitamanchas.
Sin embargo, es posible que si quieres hacer slime con tus hijos pequeños no te convenza demasiado utilizar este producto. Si buscas recetas sin bórax las encontrarás con espuma de afeitar, con talco, con colorantes varios y con cola blanca o transparente. Sin embargo, tras mezclar los ingredientes son numerosas las veces que terminan en fracaso, quedando una mezcla líquida y poco consistente que poco o nada tiene que ver con los fantásticos resultados de que aparecen en redes sociales.
Para el éxito en el slime es importante tener en cuenta dos cuestiones importantes: el amasado y la paciencia. Para que puedas disfrutar de esta pegajosa moda te proponemos una receta sin complicaciones y con sólo dos ingredientes: cola y detergente.
Elige la cola blanca que mejor te parezca y un detergente líquido que sea más bien espeso. Pon una base de cola blanca en un cuenco y ve incorporando poco a poco el detergente. La clave está en la proporción y ésta variará en función del tipo de cola y detergente. Verás desde el primer momento como comienza a hacerse una especie de bola.
Remueve y cuando esté más o menos compacto, recoged el resultado y amasad tanto como podáis hasta que tenga la flexibilidad y textura deseada. Si te queda un poco líquido lo podrás corregir incorporando más cola y así conseguir vuestro objetivo. Lo mejor de esta receta es que no necesita colorante porque adquiere el color del detergente y deja un aroma estupendo. Luego, podéis poner purpurina para que además de aromática, ¡sea brillante!
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