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El embarazo es una excusa perfecta para cuidarte y para darte caprichos relajantes. Hidratar tu piel con tratamientos específicos y los masajes especializados pueden proporcionar numerosos beneficios. Los principales son:
Reducción del estrés.
Menor producción de estrías.
Previene dolores por contracturas y musculares, especialmente a nivel de la columna y mialgias abdominales y pelvianas.
Mejora la movilidad articular.
Alivia la fatiga y edemas que se producen en los miembros inferiores, estimulando el retorno venoso.
Mejoría del suelo pélvico.
Estimula la producción de endorfinas.
Aumenta la capacidad respiratoria, lo que permite oxigenar mejora al bebé y a la madre.
Ayuda a regular la tensión arterial.
Sin embargo, es muy importante contratar productos destinados específicamente a las embarazadas ya que no están recomendados todos los tratamientos. Además, no todas las embarazadas pueden acceder a ellos ya que existen contraindicaciones en caso de:
Abortos previos.
Ruptura prematura de membranas.
Enfermedad cardíaca o pulmonar restrictiva.
Hipertensión inducida por el embarazo (preeclampsia).
Amenaza de parto pretérmino actual, en un embarazo anterior o ambos casos.
Incompetencia cervical o portadora de cerclaje.
Placenta previa o desplazamiento previo de placenta.
Retardo de crecimiento intrauterino.
Embarazo múltiple.
Sangrado genital.
En caso de que sí se puedan recibir estos tratamientos, la información previa es imprescindible para asegurarse de que es adecuado. De hecho, hay hoteles como Castilla Termal y otros establecimientos que ofrecen productos especializados como el masaje terapéutico en el embarazo: este tipo de tratamiento está orientado al alivio de algunos de los dolores más frecuentes, como los provocados por contracturas musculares o por la ciática.
Esta afección es muy común en la gestación, consecuencia de la inflamación del nervio ciático; produce un dolor intenso en la zona lumbar, que se puede extender al resto de la pierna. El masaje en las zonas afectadas alivia el dolor y ayuda a reducir la tensión muscular. Este masaje se puede realizar a partir del 4 mes de gestación y siempre con un profesional especializado en técnicas de masajes para embarazadas.
También es interesante un masaje circulatorio: se puede realizar desde el cuarto mes de embarazo para activar la circulación y prevenir problemas relacionados con la retención de líquidos. El masajista incidirá, sobre todo, en las extremidades, especialmente en las inferiores (piernas) que es donde existe mayor riesgo de hinchazón y pesadez por las alteraciones circulatorias que se producen durante el embarazo.
En caso de estrés o ansiedad durante la gestación puede eliminarse o, al menos, disminuirse con un certero masaje que ayude a relajar el cuerpo y la mente de la futura madre; en especial cuando se disfruta en un ambiente tranquilo y acogedor.
Drenaje linfático en embarazadas: esta técnica de masaje fisioterapéutico está indicada para las mujeres embarazadas que padecen un exceso de retención de líquidos durante la gestación. Los especialistas lo recomiendan en las últimas fases del embarazo, cuando los síntomas de hinchazón -que se producen en especial en los pies y los tobillos- resultan muy incómodos para la gestante e incluso impiden mantener la actividad habitual diaria. El drenaje consiste en masajear las zonas afectadas para encauzar el líquido retenido hacia el torrente sanguíneo y, así, facilitar su eliminación por vías naturales. Esta técnica está recomendada a partir del cuarto mes de embarazo.
También es interesante el uso de parafango cérvico-lumbar: aplicación de placas calientes compuestas de barro y parafina en una zona concreta del cuerpo pata aliviar dolores articulares y musculares.
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