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Aunque en Estados Unidos, de donde viene esta tradición, se pueden encontrar todo tipo de disfraces en la noche de Halloween, igual que en nuestro tradicional Carnaval, en España esta noche está asociada a personajes ligados al más allá. Zombies, fantasmas, brujas, vampiros o momias toman las calles, especialmente encarnados por niños y jóvenes que han encontrado en esta costumbre una opción mucho más divertida que la de visitar los camposantos tan arraigada entre sus abuelos.
Los niños esperan la llegada de esta noche con ilusión y los escaparates de las tiendas se llenan de telarañas y de calabazas semanas antes. Se trata de una fecha ideal para organizar una fiesta de pijama.
Desde elaborados disfraces de personajes como Maléfica, la Novia Cadáver, Eduardo Manostijeras o Frankenstein hasta los más sencillos y típicos de fantasma o momia, hay infinidad de opciones entre las que elegir. El momento de disfrazarse es uno de los más divertidos. Los niños pueden llegar a la casa ya disfrazados y hacerlo todos juntos dejando que hagan su propio disfraz con un baúl lleno de sábanas, ropa en desuso y un buen set de maquillaje.
Prepara cartulina blanca, negra y naranja, tijeras y otros materiales que se te ocurran para dejar que tus hijos y sus amigos pasen la tarde decorando la casa. Las siluetas de fantasmas, gatos y calabazas son sencillas y muy resultonas.
Con la casa bien ambientada y los niños caracterizados llega el momento de salir en busca de 'truco o trato'. Un paseo divertido por el vecindario en que las risas y los gritos por las sorpresas que se esconden detrás de algunas puertas se convierten en la banda sonora de la tarde.
De vuelta a casa, os proponemos una cena terrorífica con zumo de naranja sanguina y cerebro de zombi para compartir hecho con espaguetis aliñados con pesto verde. Puedes decorarlo con jeringuillas llenas de salsa de tomate, lo que le dará un aire aún más terrorífico. De postre otra propuesta bien sencilla: coloca una lámina de hojaldre, cubre de chocolate y pon otra lámina. Recorta ojos y una boca terrorífica sobre el hojaldre superior y hornea.
Tras la cena, que seguramente irá acompañada de un atracón de chuches los mejor para volver a la calma es convertir la hora de ponerse el pijama en otro juego. Para ello hay muchas opciones de pijamas temáticos con calabazas, esqueletos y otros motivos típicos de la noche de Halloween. ¡Y no se pueden olvidar de lavarse los dientes si no quieren parecer auténticos zombies con la dentadura picada!
Con los pijamas puestos y para cerrar la noche, llega la hora de ver alguna de las numerosas películas que hay para la noche de Halloween. Según la edad de los niños y las niñas se pueden elegir desde propuestas más inocentes de grandes compañías cinematográficas como Hotel Transilvania hasta películas ya clásicas como El proyecto de la bruja de Blair pasando por comedias como los Cazafantasmas. Opciones para todos los gustos y para todos los públicos. Seguro que a esa hora ya son muchos a los que se les empiezan a cerrar los ojos.
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