La crisis de los refugiados en tres documentales

Desde la isla de Lampedusa, donde 350 cadáveres se pudren tras un naufragio, a la Grecia del nuevo nazismo, estos tres documentales son el antídoto contra la simplificación de la crisis de los refugiados. Sin retórica ni voz en off que les roben la palabra, los protagonistas viven ante la cámara traumáticas experiencias. Una bofetada tras otra de burocracia, desprecio y explotación, pese a las buenas intenciones de muchos y las grandes palabras de los políticos.

Durante tres años, el director Filippo Piscopo sigue la vida de una familia siria desde Turquía, a través de los Balcanes, hasta su llegada a Alemania; y de un eritreo que huye por la ruta libia, naufraga en el Mediterráneo y acaba varado en el limbo italiano. Dos historias paralelas contadas con sobriedad y empatía en un documental producido por HBO, que retrata tanto a aquellos que asumen enormes riesgos para poner a sus familias a salvo, como a los europeos que se ven abrumados por el peso de su desesperación.

El nazismo ha pasado de la marginalidad a las instituciones en Grecia, donde Amanecer Dorado ha capitalizado la frustración por la crisis. El director noruego Håvard Bustnes se coló en sus entrañas de la mano de una hija, una esposa y una madre de sus líderes, que aparentan normalidad desde una ideología radical, violenta y xenófoba. La misma que hace que una abuela tan pronto le diga a su nieta que el amor mueve el mundo como le ponga un fusil en sus diminutas manos.

En una clase en Sicilia, refugiados recién llegados quedan bajo la tutela de un profesor con un carácter que podría definirse como bipolar. En un momento rechaza sin compasión su llegada y al siguiente los acoge con los brazos abiertos. Cruzando la frontera entre ficción y documental, esta cinta de Guido Hendrikx, investiga las relaciones de poder entre Europa y los refugiados, en un ensayo fílmico sobre los mecanismos con los cuales el viejo continente derrumba sus esperanzas. Como han dicho algunos críticos, podría haberlo dirigido Lars Von Trier... si no estuviese demasiado ocupado odiando al mundo.

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