En el presente, la terapeuta Heidi Bergman trabaja en Homecoming, un proyecto secreto de la corporación Geist y del Gobierno de los Estados Unidos, que acompaña a soldados traumatizados en su proceso de recuperar su vida normal tras haber sufrido los horrores de la guerra. Una sesión de terapia en grupo -con su escenografía teatral- nos permite saber que Heidi no ha llegado al trabajo social y a la psicología a través de la carrera académica y profesional al uso, sino estudiando de noche y trabajando de cualquier cosa. En el futuro, de hecho, trabaja como camarera y vive con su madre. Sabe que pasó un tiempo en un hospital, pero no recuerda nada de aquellos meses con jóvenes militares ni sabe quién es su jefe, Colin, de quien tiene cientos de llamadas registradas en el móvil. Tampoco se acuerda del chico con quien se involucró sentimentalmente, Walter Cruz.

Para subrayar el contraste entre ambos momentos, Homecoming cambia el formato de la pantalla. En el presente es estándar, horizontal; en el futuro es cuadrado, vertical. Si Sharp Objects incrustaba los flashbacks como partículas fugaces en la textura del presente, como relámpagos cotidianos (pues así recordamos), Homecoming imagina el futuro en forma de ventanas a las que nos asomamos. Ambas series han abordado la memoria como un problema angustiante, a través de protagonistas heridas que no pueden construir un futuro sólido porque no conocen su pasado.

La clave del primer personaje que encarna en televisión Julia Roberts está, como ocurre tantas veces, en su nombre. Heidi Bergman es la unión imposible de Heidi, símbolo de la inocencia entre cumbres nevadas, y de Ingmar Bergman, máxima expresión cinematográfica de la complejidad psicológica y moral del ser humano. En el ecuador de esa esquizofrenia está una mujer confundida y pirandelliana, que no sabe quién es realmente. Una marioneta luchando por recuperar la voz que le ha robado una corporación que -encarnada en el cuerpo de un hombre- ha abusado dos veces de ella.

Después de películas como Recuerda, Paris, Texas, Memento, Trance o la saga de Bourne en que los amnésicos fueron hombres, las series del siglo XXI (Blindspot, The Sinner, Homecoming) parecen estar trabajando con la amnesia femenina. Tal vez porque las mujeres están recobrando, en toda su complejidad, su memoria colectiva.

Homecoming (Amazon)

Basado en el exitoso podcast de Gimlet Media y dirigido por Sam Smail (conocido por Mr. Robot), Homecoming es un thriller psicológico protagonizado por Heidi Bergman (Julia Roberts), quien trabajó durante unos meses en un proyecto secreto tratando a soldados recién llegados de zonas de guerra, para ayudarlos en su tránsito a la vida civil. La acompañan varios hombres inquietantes, como su jefe Colin Belfast (Bobby Cannavale).

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