Robert Mapplethorpe: cuerpo y transgresión

El 9 de marzo de 1989, el fotógrafo Robert Mapplethorpe murió de sida. Tenía 42 años y, en apenas 15 de carrera, se había convertido en un icono cultural y en un motivo de escándalo. Transgresor, sentimental y honesto, era el primero en definir parte de su obra como pornográfica, y no dudó en jugar con el homoerotismo y el sadomasoquismo para provocar una respuesta en el espectador. Pero también fue un maestro de la composición y la luz, y supo captar la belleza de las líneas puras y la tensión del cuerpo humano.

El museo Guggenheim de Nueva York, en el que está buena parte de su obra, marca el 30 aniversario de su muerte con una gran exposición en dos fases. Hasta el 10 de julio, Implicit Tensions: Mapplethorpe Now será una retrospectiva que revisita su carrera desde esos inicios en los que solo tenía una Polaroid y una novia que creía en él (Patti Smith, nada menos) hasta sus años de éxito, cuando era el retratista más deseado por las celebrities y exponía en la misma pared desnudos femeninos, escenas bondage y fotografías de flores. Desde el 24 de julio, la muestra se transforma y explora la persistencia de su legado en artistas como Rotimi Fani-Kayode o Lyle Ashton Harris. Un doble foco que busca, en última instancia, realizar la fotografía más difícil de todas: el retrato del retratista huidizo.

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