Fotografama del documental Benvidas ao club. / d.r.

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Operación carioca: el desamparo de las víctimas de trata

En ocasiones, la realidad (en femenino) supera a la ficción. Y el documental Benvidas ao club, galardonado en el Festival de Málaga de Cine en Español con la colaboración de Mujerhoy, es el mejor ejemplo de ello.

En 2009, Lugo se convirtió en protagonista de todos los informativos. Se había abierto la operación Carioca, el mayor sumario contra la trata de mujeres relacionada con la prostitución en España. Más de 10 años después de que se iniciara el caso, que se ha ido dividiendo en diferentes piezas, la instrucción de la más grande está a punto de finalizar. Los más de 80 investigados, entre los que había policías locales y nacionales, guardias civiles, funcionarios, empresarios y médicos, aún no han sido juzgados.

La diseñadora gráfica, fotógrafa, activista y realizadora Carmen PG Granxeiro cuenta en Benvidas ao club, el cortometraje ganador del Premio Especial Biznaga de Plata Afirmando los Derechos de las Mujeres, cómo la trama se quedó en agua de borrajas. “Lo que más me indigna es el lavado de cara que la Fiscalía hace a los responsables de las fuerzas y cuerpos de seguridad, que ni siquiera serán juzgados, pese a las pruebas que la propia Fiscalía reconoce”.

Carmen asegura que “el testimonio que más me impresionó no aparece directamente en el documental. Hubo gente que no quiso hablar, pero que colaboró de otras maneras. Mantuve un par de largas conversaciones con una periodista que unió muchos hilos y en cuya voz se intuía de sobra la gravedad y complejidad de los hechos”.

Fotografama del documental Benvidas ao club. / d.r.

Una burbuja pinchada

La cinta cuestiona a la Justicia ya que, pese a las objeciones de Pilar de Lara, la jueza que instruía el caso, la Fiscalía exculpó a todos los policías clave del caso. La operación se ha desinflado como una burbuja, pese a las pruebas y testimonios de las personas implicadas en la causa, que se suceden en pantalla: víctimas, sí, pero también juristas, psicólogas y mujeres de la Plataforma Cidadá contra a Impunidade do caso Carioca, un colectivo que plantó la semilla de este documental en su directora.

Ese juicio no debe olvidarse nunca: podría haber sido un gran avance contra la trata".

La plataforma se formó ante el desamparo de las víctimas cuando, a petición de la Fiscalía de Lugo, se sobreseyó y archivó la instrucción de la operación relacionada con el club Liverpool. En ella, se investigaba al dueño del local y a cuatro guardias civiles por siete presuntos delitos de abusos sexuales, prostitución coactiva, tráfico de influencias, omisión del deber de perseguir delitos y cohecho impropio. Dos de las víctimas eran inmigrantes menores de edad que fueron prostituidas y sufrieron abusos sexuales continuados. En el club, además, se jactaban de permitir el sexo sin preservativo. “El caso Carioca se ha desinflado debido a las sorpresivas y sospechosas peticiones de la Fiscalía para exculpar a todos los policías de la pieza clave de la trama”, explica Gerardo Pardo de Vera, abogado y asesor legal de Aliad-Ultreia y de las víctimas de la red.

Con toda la información, cuesta creer tanta impunidad en un Estado de derecho. “Hay connivencia con la trata de personas, tanto para la explotación sexual, como demuestra el caso Carioca, como para la explotación laboral, como demuestran algunas fábricas textiles. Y, efectivamente, creo que falla la Justicia cuando este tipo de cosas suceden”, concluye la cineasta.

Carmen PG Granxeiro contó con muy pocos medios para rodar su película, por lo que valora muy positivamente su galardón en el Festival de Málaga. “Es un altavoz que no podría haber imaginado. Es una alegría comprobar que, más allá de los medios, del dinero y de la industria, también se puede llegar a los grandes festivales con trabajos hechos desde los márgenes”. La realizadora garantiza que, una vez pasado el certamen, subirá su documental a internet, para que cualquier pueda verlo libremente, y que seguirá haciendo proyecciones para que no se olvide nunca la vergüenza de una trama que podría haber supuesto un gran avance en la lucha contra la trata y que, sin embargo, ha quedado diluida por la incomprensible exoneración de los implicados.

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