Es uno de los destinos turísticos más de moda cuando suben las temperaturas. Menorca es un paraíso en su totalidad, si bien hoy hemos decidido recorrer la bahía de Mahón para quedarnos en uno de los hoteles más encantadores de la isla. ¿Nos acompañas?
Descubrir Menorca puede llevarte varios días, e incluso varias semanas... Pero si tienes poco tiempo te recomendamos que explores su capital, Mahón, una ciudad pequeña y llena de encanto cuya vida gastronómica y social ha florecido en los últimos años con la llegada del turismo. Mahón además tiene el puerto natural más grande del Mediterráneo y es el segundo más grande de Europa. A través de sus 6 km. de largo nos adentra en una historia de batallas y conquistas por su estratégica situación geográfica. De hecho, los británicos lo vieron claro, la isla era un punto estratégico para Europa y de ahí que la conquistaran en el Siglo XVIII.
Desde Mahón puedes hacer un sinfín de actividades, como la de recorrer su bahía en catamarán, descubriendo la historia de la isla. Uno de los puntos a conocer, poco explorado a decir verdad, es Es Castell, una pequeña localidad en la salida del puerto de Mahón. Su plaza, flanqueada por edificios coloniales, tiene un espíritu inglés que hace pensar en como sería la zona en otros tiempos. La localidad cuenta también con un pequeño y pintoresco puerto, rodeado de restaurantes y tiendas, que al atardecer se vuelven el escenario perfecto para dar un paseo.
Si te gusta esta zona de Menorca, tienes que explorarla con calma, y nosotras te recomendamos hacerlo desde un hotel que nos ha encantado, el Barceló Hamilton Menorca. Se trata de un cuatro estrellas
sólo para adultos que tiene todo lo necesario para hacer de tu estancia un auténtico sueño.
Habitaciones para quedarse a vivir
Habitaciones amplias y espaciosas, muchas de ellas con balcón a la bahía de menorca, modernas y completamente equipadas, harán que te despiertes con una sensación de total desconexión. De hecho, descansar en sus camas es de otro planeta. Con un colchón realizado en exclusiva para el hotel, te das cuenta de lo importante que es para ellos hacer que tu experiencia sea totalmente relajante. Además, cuentan con minibar y servicio de habitaciones por si quieres tomar algo en la privacidad de tu balcón mientras disfrutas las vistas.
Restaurante Sa Casa, cocina tradicional con un toque vanguardista
Comer en
Sa Casa, el restaurante principal del Barceló Hamilton Menorca, es una experiencia que no puedes perderte. Situado en una antigua casa menorquína anexa al hotel, ofrece tapas y una fusión de platos con guiños hacia las diferentes culturas que han influenciado en la isla. Cuenta además con una excelente carta de vinos nacionales, cavas y champagne.
Blue Sky Bar: atardeceres mágicos
A medida que va cayendo la tarde, disfrutar de un cóctel en la terraza del hotel es, sencillamente, una maravilla. Sus vistas panorámicas a la bahía son mágicas. Durante el día, también puedes tomar un zumo, un batido de frutas o el aperitivo. ¿Qué más se puede pedir?
¿Un masaje?
Ya que estás de vacaciones, qué mejor que regalarte una experiencia como las que proponen en el área U-Wellness, que demás de una buena carta de masajes cuenta con sauna finlandesa, hamman, ducha sensaciones y ducha cubo.
Jacuzzi en las alturas
De día o al atardecer, disfrutar de un jacuzzi con las maravillosas vistas de la bahía de Menorca es una de las experiencias que más te van a gustar del hotel. La definición en sí misma de unas vacaciones perfectas.
Piscina para relajarte al sol...
... O nadar. La piscina del hotel se encuentra en el patio interior, junto al restaurante Sa Casa. Además de disfrutar del agua o del sol puedes pedir servicio en hamaca o cama balinesa. Cuentan con carta de snacks, batido de frutas, cócteles y combinados.
Momento zen
Otro momento de relax es el que puedes tener en la piscina de la parte superior del hotel. Momento zen total. También ideal por si no acompaña el buen tiempo...
Cladereta de langosta: un clásico que no te puedes perder
Uno de los platos tradicionales de la isla es esta caldereta de langosta, que se deshace en la boca y que está tan deliciosa que no te cansarás de mojar pan (en este caso, tostas, riquísimas). Lo puedes probar en
Sa Cuina, el restaurante del hotel con menú de almuerzo a la carta. También hacen cenas temáticas regionales e internacionales.