Tres obras que hacen un guiño a la gran pantalla

Aunque hablan idiomas diferentes, el teatro y el cine se entienden. De vez en cuando, uno se mira en el otro, como si de un espejo se tratara, y se alimentan de la misma historia, adaptándola a sus recursos y a las características específicas de su medio. En ambos casos, el objetivo es el mismo: trasladar emociones al espectador, para que vibre en su butaca y descubra mundos nuevos. Durante estos días, la cartelera teatral se renueva y hace guiños, de una u otra forma, a la gran (y a la pequeña) pantalla. Es el caso de estos tres montajes: La Strada, Siete días y Parque Lezama...

El director argentino Juan José Campanella, un hombre que rezuma cine por los cuatro costados y que ganó un Óscar por El secreto de sus ojos, se estrena, a sus 60 años, en el teatro. Y lo hace con Parque Lezama, una obra articulada con mucho humor, ternura y sabiduría, que aborda temas como el amor, la soledad, la vejez, las ilusiones… Todo sin estridencias, a partir de un texto de Herb Gardner que Campanella descubrió en Nueva York en sus años de estudiante y que le marcó.

Mario Gas llama a escena a los personajes extremos que Fellini desplegó en La Strada, un filme lírico y amargo que mereció un Óscar en 1954. La Italia de la posguerra y el mundo del circo se alían para armar un poético espectáculo en el que destaca el buen trabajo de Alfonso Lara, Mar Ulldemolins y Alberto Iglesias.

La película Siete años fue concebida para Netflix por Roger Gual. La trama: cuatro directivos, una condena por fraude fiscal y la extraña propuesta de un mediador para que solo uno de los socios vaya a prisión. La cinta, casi teatral, se desarrolla en una habitación y llega ahora a las tablas. ¿Su gran atractivo? La dirección de Daniel Veronese y el elenco, con Miguel Rellán, Carmen Ruiz y Eloy Azorín.