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Si de algo podemos presumir es de nuestro so. Y esa es la apuesta de uno de los refugios invernales más exclusivos: esquiar por la mañana y disfrutar de una piscina exterior climatizada por la tarde. Todo ello, además, con unas vistas impresionantes.
Subir en una máquina pisanieves o esquiando a última hora de la tarde, cenar a 1.800 m de altitud y despertarse rodeado por nieve. Esto es solo una parte de lo que ofrece esta experiencia especialmente pensada para enamorados del esquí.
Considerado por muchos como un santuario del bienestar, este complejo cuenta con dos hoteles, un balneario con multitud de tratamientos y unas termas con aguas que brotan directamente del manantial de Tiberio a 53 ºC. Todo un lujo para regalar o regalarse a uno mismo.
A las puertas del Pirineo catalán se encuentra esta masía familiar del siglo XI. Una construcción ubicada en un espectacular paraje natural de más de 300 hectáreas de prados, bosques de pinos y olivos centenarios que se tiñen de blanco en invierno. Un marco idílico para pasear.
Bioclimático y contemporáneo. Así es este hotel que abandera una nueva generación de alojamientos ecológicos, construcciones que aprovechan los recursos naturales para optimizar el consumo energético, reducir las emisiones y minimizar el impacto ambiental en la zona. El refugio perfecto para aventureros con alma sostenible.
En plena naturaleza se encuentra esta casa de campo galardonada en los World Luxury Hotel Awards como el hotel de lujo más romántico del sur de Europa. Para desestresarte y disfrutar de la mejor gastronomía.
A tan solo 5 km de la estación de esquí de Baqueira se encuentra este remanso de paz. Entrar en una de sus 22 habitaciones es transportarse al corazón de Suiza. Casa Irene es el lugar perfecto para disfrutar de la montaña, descansar y deleitarse con la carta de su restaurante, un establecimiento con encanto y más de medio siglo de historia. Y además, tiene spa.
En pleno Valle de Ultzama, sobre un bosque de robles centenarios, se encuentran escondidas cuatro cabañas de madera perfectamente equipadas que harán realidad tu sueño de la infancia.
Fue una casa particular hasta finales del siglo XX, y ahora es uno de los hoteles más singulares de toda la Cerdanya catalana. El impresionante lago que puedes ver desde sus ventanas, helado casi siempre de diciembre a marzo, es uno de sus atractivos.
Este hotel tiene el don de teletransportarte directamente a los Alpes suizos. Conocido por su completo spa y sus cuatro restaurantes, es perfecto para disfrutar de unos días de relax tanto si te gusta el esquí como si no.