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El verdadero éxito al que una casa de moda de lujo puede aspirar actualmente no es sencillamente diseñar prendas o accesorios que el público quiera llevar sino a construir con esas piezas un estilo tan reconocible que sea capaz de trascender el vestidor y convertirse en un estilo de vida. Ese es el caso de Chanel , cuyo inconfundible sello francés respira por los cuatro costados en cada creación que sale de sus talleres parisinos, ubicados en la emblemática rue Cambon y que su creadora, la incombustible y visionaria Gabrielle Chanel fundó en 1910.
Acostumbrados a dejarnos llevar a lugares idílicos gracias a sus desfiles y presentaciones, como la de la línea crucero 2020-21 que tuvo lugar recientemente en formato digital, la última sorpresa que nos ha brindado -y nunca mejor dicho- la maison ha sido la noticia del lanzamiento de su cosecha 2019 de vino blanco y rosado, producido en la bodega Domaine de l’Ile en la isla de Porquerolles, situada justo en frente de la costa de Provenza.
Como afirman desde la propia marca, estos vinos, que dejan en el paladar y en la mente el sabor del paraíso, son perfectos para beber a la sombra de una terraza, con los pies descalzos en la arena o navegando en un barco por las idílicas calas de la Costa Azul, que fue uno de los refugios veraniegos predilectos de Coco Chanel.
Descorchar una botella de estos vinos es adentrarse en la frescura del eucalipto y la menta que pueblan la isla. El sabor a fruta blanca tiene un suave matiz floral con un regusto salado que pone de manifiesto esa influencia sureña que podría resumir el sabor que queremos que tenga este verano.
Los viñedos históricos fundados a mediados de los años 50 le deben su firma a la corteza de las pizarras milenarias y a los eucaliptos y pinos que los protegen del sol. Hoy, propiedad de Chanel, la bodega Domaine de l’Ile elabora sobre estas tierras insulares vinos con notas distintivas del sur, que evocan el mar, los bosques de pinos y el viento.
Los vinos Domaine de l’Ile están elaborados desde 2015 bajo la supervisión del experto vinícola y responsable de la bodega Nicolas Audebert, que creció en la misma isla de Porquerolles y además trabaja para Chanel en las otras bodegas de las que es propietaria en Château Rauzan-Ségla, en Margaux y Château Canon y Berliquet, ambas en Saint-Emilion.
La primera cosecha de Domaine de l’Ile que presenta este año Chanel, la de 2019, está compuesta por un vino blanco y otro rosado que son, además 100% orgánicos.
La isla de Porquerolles es un paraíso mediterráneo donde los sueños fluyen igual que el mar y sus tierras brindan al cultivo de las vides un carácter fresco y enérgico que conecta con la filosofía de Chanel.
