En un mundo caótico, adquirir libros es un acto de equilibrio al filo del abismo”. Así explica Irene Vallejo en El infinito en un junco (Siruela), el fenómeno editorial del año, cómo la industria editorial ha fortalecido sus cimientos cuando el mundo ha sido sacudido por la fuerza sísmica del coronavirus. En periodos de normalidad, el 50% de los españoles son lectores semanales, una cifra que durante el confinamiento aumentó un 57%, según indica el estudio El papel del libro y la lectura, realizado por la Federación de Gremios de Editores de España. Como ya auguraba Umberto Eco en Nadie acabará con los libros, la lectura ha superado la prueba del tiempo: “Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel, pero seguirá siendo lo que es”, decía el filósofo y escritor italiano. Y el que el servicio de préstamo online de contenidos digitales eBiblio registrara entre marzo y junio el 85% del total registrado en 2019 señala que la lectura del futuro dependerá más de bits que de gramajes.

Lo que no supo predecir Eco fue el auge de los clubes de lectura virtuales, que han hecho que las celebridades hayan convertido a los libros en el nuevo it bag. Kaia Gerber (junto a Loewe), Carlota Casiraghi (de la mano de Chanel), Lorenzo Caprile, Reese Witherspoon e incluso Camilla Parker Bowles son algunos de los famosos que han transformado Instagram en un escaparate literario.

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“En un club de lectura (al menos en el que yo participo) no conocemos a la mayoría de los integrantes. Eso siempre garantiza una mirada fresca, inesperada, distinta a la que ha sugerido en mí el mismo material o novela. Es también una manera de conocer gente más allá de tu grupo burbuja ahora que la pandemia que nos ha hecho casi imposible relacionarnos y crear nuevos vínculos”, explica el guionista Ibán Manzano, que descubrió la iniciativa a través de Twitter y que ha logrado gracias a ella modernizar su fondo de biblioteca.

“En general tiendo a leer pocas novedades literarias. El club de lectura me fuerza a estar más atento a la literatura que se escribe hoy día”, añade Manzano. “Te ayuda a conocer libros de los que no tenías ni idea, que nunca te planteaste leer o que simplemente no has leído porque te daban pereza”, coinciden Estela Cebrián y Virginia de la Cruz, creadoras del club de lectura virtual Las Amigas Estupendas, en el que han creado “un pequeño oasis de socialización”. “Leer es un acto muy solitario y el hecho de poder compartir la experiencia con alguien al mismo tiempo hace que sea más especial”, explican.

Reese Witherspoon es muy activa en sus redes solciales y entre otras cosas recomienda libros que le han fascinado,. / instagram

Otra forma de descubrir libros en las redes sociales es mediante los bookstagramers, amantes de la lectura cuyas publicaciones en Instagram se basan en cuidadas fotografías de libros y recomendaciones literarias. Yago Sparks, que entrevistó durante el confinamiento a más de 50 escritoras y escritores desde su perfil, nos ayuda a saber si la lectura es impermeable al postureo o si la pornografía literaria, en la que importa más presumir de leer que hacerlo, existe. “Hay libros que todos queremos subir a nuestro perfil a toda costa, sin tan siquiera haberlos leído. Las editoriales apuestan por ciertos títulos y se crea tanta expectación en torno a ellos, que si a ti no te llega ese libro, te sientes apartado y haces lo posible por recibirlo y tenerlo en tus stories y tu feed. Leerlo o no termina por ser lo de menos. Aunque no es lo habitual, ocurre: reconozco que me ha pasado”, confiesa el bookstagramer.

Lorenzo Caprile, Kaia Gerber (junto a Loewe), Carlota Casiraghi (de la mano de Chanel) e incluso Camilla Parker Bowles son algunos de los famosos que han transformado Instagram en un escaparate literario. / instagram

“Leer es un acto solitario y el hecho de compartir la experiencia con alguien hace que sea más especial”.

Datos de la segunda ola del Barómetro Covid-19 de la consultora Kantar señalan que la lectura y la conexión han sido las principales actividades emprendidas por los españoles para mantener el bienestar mental, por lo que el tándem libro-redes sociales funciona como una tila de tapa dura. Para lograr la felicidad y la calma, preferimos que sean los autores más conocidos os miembros de nuestro grupo burbuja de lecturas. “Hemos reforzado los hábitos de acompañamiento, algo razonable, dada la inestabilidad. Como lectores, hemos dado menos saltos de fe y nos hemos rodeado de aquellos que conocemos más”, explica Marcel Ventura.

La lectura funciona en tiempos convulsos como una salida de emergencia y como una compañera de viaje. “Es un acto de intimidad entre lector y libro donde la imaginación juega un papel clave. Leer es una experiencia completamente inmersiva, algo esencial ahora”, asegura Yago Sparks. “Necesitamos estar solos, pero no solos con nosotros. Un silencio acompañado por la lectura”, añade Ventura. El libro ha ganado la carrera al ser un corredor de fondo capaz de escapar de lo que más nos aterra: la soledad.

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