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Las Palmas de Gran Canarias se han convertido en el nuevo destino por excelencia para disfrutar de una agenda cultural para todos los gustos y propuestas gastronómicas con restaurantes perfectos para satisfacer a todos los paladares. Un lugar idílico en el que desconectar de todo y conectar con uno mismo será tarea fácil. Es momento de hacer las maletas y subir al avión con rumbo a unas vacaciones muy completas.
Durante más de un siglo, este hotel ha sido el epicentro de la vida social de la isla y uno de los iconos de la arquitectura neocanaria. Inaugurado en 1890, su reciente y exquisita reforma ha reforzado su aura de glamour. Con espléndidos jardines de palmeras y flora canaria que se conectan con el Parque Doramas, y a muy pocos minutos de la Playa de las Canteras, tiene un centro wellness con un circuito de aguas a cielo abierto. Para disfrutar en la mesa, el restaurante Poemas by Hermanos Padrón, con una estrella Michelín. Y su rooftop bar Allis es ideal para tomar un cóctel junto a la piscina, con las mejores vistas.
La antigua sede de Correos, muy cerca del Museo de Ciencia y Tecnología Elder, se ha convertido en un hotel de 88 habitaciones, con chill out y terraza, que apuesta por el arte con pinturas de Luis Gordillo y Fernando de Ana, o esculturas de Carla Cascales, que en unos meses dejarán paso a otros artistas.
Cocina de fusión con productos de km 0, en un coqueto local en la calle de Benito Pérez Galdós. La carta de vinos marida con platos como el aguachile de salmón ahumado con helado de manzana verde o la ensaladilla de batata con cherre y gambones salvajes.
Uno de los impulsores de Gran Canaria Swim Week by Moda Cálida, que ha proyectado sus creaciones internacionalmente. Su última colección, Damier, juega con blancos y negros en tules, mikados, pailletes y crepes. Además de diseños a medida de fiesta y novia, tiene colecciones de baño en lycras sostenibles para hombre y mujer.
Uno de los siete restaurantes que Najwa William y Jesús Blanca tienen en la isla ofrece sabores y recetas que rememoran los orígenes canarios, andaluces y libaneses del matrimonio. Papas arrugás, pescados y mariscos comparten carta con porra antequerana, canelones de carrillera estofada, ensalada libanesa o crujientes de pastela, en este bistró de aires marineros, con terraza frente al Muelle Deportivo.
Es uno de los rincones con más encanto de la ciudad, perfecto para comprar plantas y flores, buscar ropa y objetos de decoración, y disfrutar de un café colonial en un palacete del siglo XIX que alberga el Club Inglés. El primer domingo de cada mes celebran el Mercadito inglés, con artesanía y gastronomía local, y música en directo.
Mª Carmen Ley lleva más de tres décadas dedicada al interiorismo, creando proyectos de decoración personalizados y muebles a medida. En su tienda, tiene lámparas de Narset, Foscarini, Vivia y LZF; muebles de la firma belga Ethic Craft y de la guipuzcoana Treku; telas y papeles pintados de Casanamanca, James Malone, Gancedo y Osborne Little...
De nuevo en la calle de Pérez Galdós, los diseñadores Jose E. García y Paco Navarro huyen de tendencias pasajeras seleccionando artículos con personalidad propia que perduren en el tiempo. Un espacio vivo donde se entremezclan colecciones de moda, complementos, joyería, interiorismo, decoración y textiles nacionales e internacionales. Entre sus propuestas, las joyas de Helena Rohner, los bolsos de See by Chloé, los muebles de Casadeus y Foscarini, o las telas y papeles pintados de Pierre Frey.
El chef Abraham Ortega, el pastelero Aser Martín y el sumiller José Pérez forman el trío de ases de este innovador espacio gastronómico dedicado a la cocina canaria. Sus platos imaginativos y vanguardistas rescatan sabores y productos de orígenes humildes, apostando por la sostenibilidad.
