Primero primera, el hotel secreto de Barcelona donde alojarse como en un club británico

Una casa de la alta burguesía barcelonesa, un espacio íntimo y elegante, casi secreto, situado en uno de los mejores barrios residenciales de Barcelona. Es el hotel Primero Primera, situado en las Tres Torres, a solo 10 minutos del centro, que ofrece a los huéspedes la oportunidad de sentirse como en un auténtico club británico mientras viajan.

El nombre del hotel está relacionado con la historia de la familia, cuyos ocho miembros han vivido en el primer piso desde que el edificio fue construido en 1955 por Carlos Pérez-Sala, un importante hombre de negocios de la época, como vivienda particular. De hecho la matriarca, de 103 años, sigue viviendo en ese piso.

Los Pérez-Sala convirtieron el edificio en hotel en 2011, manteniendo en cada detalle la historia familiar, que se respira en todo el establecimiento, gracias a elementos decorativos que provienen del patrimonio sentimental de los miembros de la casa.

El hotel ha sido renovado, pero se ha optado por conservar la construcción original y la fachada, para mantener intacta la personalidad que tenía en los años 50. Con el fin de lograr un ambiente cálido y acogedor, la decoración, tanto exterior como interior, apuesta por la combinación de elementos clásicos con detalles modernos y sobrios.

«Nosotros no hemos hecho otra cosa que recoger la idea original, pero actualizando los servicios e instalaciones a las necesidades de los viajeros actuales«, aseguran los hermanos Pérez-Sala, propietarios de Primero Primera.

El edificio cuenta con 30 habitaciones de distintas categorías, todas con una decoración diferente y equipadas con los servicios necesarios y con vistas a una calle arbolada o al magnífico jardín. Los espacios comunes del hotel son salones con todo el clasicismo de las casas burguesas de la ciudad, ideales para descansar, tomar algo tranquilamente, leer o disfrutar de la tertulia con amigos.

Primero Primera tiene un fuerte sabor local, que se deja notar en sus estancias y su gastronomía, y va más allá de los establecimientos de lujo convencionales y se asemeja a un club inglés. Todo ello contribuye a su seña de identidad: sentirse en casa.

El restaurante Planta Baja completa la experiencia del viajero con sus productos de temporada, cócteles clásicos y postres irresistibles, que se pueden disfrutar tanto en el acogedor interior, como en el salón con chimenea o en la encantadora terraza.

La propuesta gastronómica se define por su simplicidad y sobriedad, con un esfuerzo permanente por lograr la excelencia en su ejecución. Algunos de sus entrante y platos principales son: anchoa del Cantábrico sobre pan de coca y mantequilla ahumada de «Rooftop Smokehouse»; tataki de atún Balfegó, chutney de mango, sésamo tostado y salsa ponzu; y pulpo a la plancha con base de parmentier de patata, salsa romesco y mayonesa de pimentón ahumado