La selección no es nada fácil, pero la dificultad es en sí motivo de celebración. La explosión de diversidad que el 'streaming' trajo a la pequeña pantalla hace que ya no sean una excepción los personajes lgtbi que vemos en las ficciones. Es más: hoy escasean las series que ponen el foco en las dificultades que aún existen para salir del armario y llevar una vida sin acoso ni marginación. Los personajes no heterosexuales reciben, cada vez más a menudo, el mismo tratamiento que los 'heteros': no se definen por su orientación sexual. Aún así, algunos títulos siguen apostando por poner el foco en la postergación de la comunidad lgtbi en décadas no tan pasadas. O por darle complejidad a lo que les sucede a los jóvenes de hoy.
La ficción española no ha sido demasiado generosa con la comunidad lgtbi: aunque hayan ido apareciendo personajes gay, trans o lesbianas, también se han deslizado muchos clichés o no se han visibilizado suficientemente sus postergaciones. Por eso tiene tanto valor el estreno en TNT de «Maricón de mierda», la serie creada por Bob Pop. La han llamado tragicomedia, aunque lo cierto es que los primeros capítulos producen, sobre todo, una infinita tristeza: no es fácil enfrentarse a la crueldad y el daño que vive el personaje principal, el niño gordo, gay, ingenuo y talentoso que fue su creador. Merece la pena acompañar a Bob hasta el final de la historia: no hay que perderse las interpretaciones, la ambientación, las originalísimas decisiones de montaje.
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Dos series que muestran toda la dureza de la experiencia lgtbi con una pátina de ternura infinita son «It's a Sin», probablemente la serie gay revelación del último año, y «Pose», con la comunidad trans de los barrios de Nueva York y la cultura 'ballroom' como protagonistas. Ambas retratan el golpe que la irrupción del sida en los años 80 infligió en varias generaciones de jóvenes, tanto en Londres como en la Gran Manzana. 'Pose' ha estrenado hace pocas semanas su última temporada con una factura estética increíble: es un disfrute total. Tampoco debemos dejar pasar 'Euphoria', por mostrar cómo la diversidad de género y de orientación sexual dejan de ser el foco de preocupación identitaria de las nuevas generaciones, más acuciadas por la salud mental. La serie es de 2019, pero los dos episodios extra estrenados a finales de 2020 son extraordinarios.