Confiesa. Te has convertido en tu peor enemiga, nadie es más dura contigo que esa voz interior que te susurra cada mañana que eres un desastre, que cada día estás más fea o gorda y que todo lo haces mal, muy mal. Pues ese autoflagelamiento no es buena idea y la ciencia te explica por qué.
Un equipo de psicólogos exploró recientemente lo que se oculta tras esas duras exigencias que a veces nos hacemos a nosotras mismas. Los resultados de su trabajo con 161 personas, que fueron publicados en la revista 'Self and Social Identity' , desprenden unas conclusiones curiosas.
El estudio medía la capacidad de autocompasión que cada una guardaba para sí misma y los valores positivos que veían en su persona. Y lo que comprobó la investigación es que somos más dados a compadecernos de los otros que de nosotros mismos, con quienes solemos ser más implacables. De hecho el estudio demostró que la gente solo se trataba mejor a si misma después de haber sido rechazado por una pareja, o despedido de un trabajo, o sufrido alguna pérdida, y además reveló que ese sentimiento, el de la autocompasión, les hacía sentir menos ambiciosos y motivados. Esto significa que solemos interpretar la crítica como una señal de fortaleza y responsabilidad.
Los investigadores demostraron que las personas que se tratan mejor y se perdonan con frecuencia tienen mejor salud emocional, están más satisfechos con sus vidas y tienen un riesgo menor de ansiedad y depresión. Los autores creen que ser demasiado duro con uno mismo es una estrategia que puede ser motivadora a corto plazo pero que a largo plazo, eso de llenarse de "deberías" acaba por ser desmoralizante.
La autoflagelación continua puede acabar quemándote y haciendo que renuncies a todas las metas, a las fáciles y a las difíciles.
La clave está en hablar con uno mismo como si hablaras con un amigo, con complicidad y empatía, tratarse con respeto y no ser demasiado exigente. Piénsalo, ¿serías capaz de hablarle a alguien a quien quieres mucho como a veces te hablas a ti misma? Seguro que no. Empieza por quererte...
20 de enero-18 de febrero
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