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Por qué el 'blue monday' es el día más triste del año

Su origen es una fórmula matemática, aunque en realidad lo que sentimos en estas fechas tiene una explicación más mundana y, sobre todo, más subjetiva.

Fotograma de la película 'Amèlie'. / D.R.

Raquel Alcolea
Raquel Alcolea

El tercer lunes del mes de enero se considera el "más triste del año" desde que se dio a conocer, en 2005, la llamada fórmula del 'Blue Monday', que en realidad fue ideada por el profesor de la Universidad de Cardiff, Cliff Arnal. Su objetivo era averiguar, a través de un cálculo matemático, cuándo había una mayor predisposición de los consumidores a reservar las vacaciones (la invetigación formó parte de una campaña de marketing de Sky Travel). Y sus cálculos dieron como resultado esa fecha orientativa...

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Aunque su origen pueda ser anecdótico, lo cierto es que el fenómeno 'blue monday' ya se reconoce en muchos países y no son pocos los expertos que afirman que existen factores que influyen en el estado de ánimo en estos días como la resaca navideña, la vuelta a la intensidad laboral, la cuesta de enero, la climatología e incluso la menor cantidad de luz debido a que los días son más cortos.

A esto hay que sumar otros factores socioculturales. Así, en una sociedad acostumbrada a buscar alivios rápidos al dolor y enganches permanentes al placer, el consumismo promete una falsa felicidad que, como explica el coach Enrique Jurado , adormece nuestras emociones negativas, pero también las positivas. "Y así nos vemos con la necesidad de meternos chutes puntuales de endorfinas a través de las pastillas, o las compras, o los likes del Facebook o el Instagram", comenta.

El Blue Monday es, según el experto, un buen día para reconocer quiénes somos a través de la tristeza. "Cuando entendemos que el placer continuo no es felicidad sino que es un disfraz del ego que está aterrorizado es cuando podemos empezar a tomar conciencia de quiénes somos y de nuestra humanidad", aclara.

Y es que, tal como asegura el experto, en un día como este en realidad no hay tristeza que quitar, sino tristeza que vivir. Así, el error es quedarnos enganchados en los pensamientos obsesivos que proyectamos que además están catalizados por sensaciones reales como pueden ser energía baja, flojera, angustia o apatía. "Estas sensaciones corporales, por sí mismas, no hacen daño. Son los pensamientos que suceden a continuación, movidos por un ego necesitado de su dosis de autoreferencia externa, los que nos hunden", argumenta. Así, esto es lo que propone para evitar estos bloqueos:

Superar el 'blue monday' en tres pasos

  • 1. Alegrarnos de que la tristeza es un motor de reflexión, de parada necesaria, para pensar, conectar con mis recursos, con mi conciencia de vida más profunda, para ver qué cambio puedo realizar a partir de este momento.

  • 2. Estar presente: observar y apuntar los pensamientos que nuestra mente inconsciente proyecta catalizados por este sentimiento de tristeza, cómo nos define, cómo nos juzga, cómo ve el futuro y el pasado. No te los creas. Solo apúntalos. Es incómodo, pero puede resultar muy clarificador. Al observarlos sin enjuiciarlos, ves la rentabilidad, y además la enorme exageración de sus proyecciones. Suelen ser de este tipo: “No vales nada, si lo único que sabes hacer es llorar, mejor que te quedes en casa y nadie te conozca, si supieran la verdad, nadie te querría, es imposible que salgas de esta, mejor será que te escondas bien debajo de tus miserias, pero al final te pillarán.” Como ves, estos mensajes generan un terror digno del festival de Sitges, y la única salida que nos queda es ahogar las emociones que en este caso, si, están superdisparadas. ¿Y cómo las ahogamos? Bien lo sabes: comida, bebida, tabaco, alcohol, azúcar, televisión, centros comerciales, y cómo no, nuestros 'amigos' los ansiolíticos y antidepresivos. Si en lugar de creernos los pensamientos del ego (no olvides que son super irracionales y basados en su propio miedo), los observamos sin juicio (no hay que eliminarlos tampoco), podemos pasar al paso 3.

  • 3. Centrar nuestro foco y presencia en la tristeza, en sus sensaciones, agradeciendo que sean, aunque incómodas, el catalizador de traernos al presente, darles la bienvenida, por una vez bucear en sus sensaciones, buscando el regalo que tienen para ti. El regalo, si eres paciente, es conectar con tu esencia, que está a la espera de ser descubierta, tu grandeza como ser humano capaz de trascender las emociones y sus proyecciones falsas. Esto te llevará a sentir que ya no eres esclavo de emociones distorsionadas, basadas en pensamientos distorsionados. Tu eres grandioso(a). Eres capaz de cualquier cosa. Eres merecedor de una vida plena. Y las emociones te traen regalos para vivir esta vida de verdad. Usa la tristeza, para reflexionar, y cambiar lo que necesites cambiar en tu vida.

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