La nueva misión de las 'famosas': educación para las niñas

La lista de famosos enrolados en esta campaña por la Fundación One de Bono -el cantante de U2- es numerosa. Ahí están Lady Gaga, Natalie Portman, Ariana Grande, Robin Wright o Sheryl Sandberg, la vicepresidenta de Facebook, convertidos en un 'lobby' que busca hacer presión sobre los gobiernos de los países pobres para que resuelvan un hecho innegable: hasta 130 millones de niñas en todo el mundo carecen de acceso a la formación.

Negarle la educación a una niña significa arrebatarle la independencia y el futuro no solo a esa niña, sino a la familia que acaso deba mantener.

La campaña circula ya en redes bajo el 'hashtag' #PovertyIsSexist (#LaPobrezaEsSexista) y busca el mayor número posible de adhesioneshasta el próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, cuando se enviará oficialmente a los líderes mundiales.

Se trata de una nueva causa que los famosos impulsan para influir en los gobernantes, conscientes de que su poder e influencia se ve notablemente aumentado por la trascendencia que sus palabras y discursos públicos tienen en las redes sociales.

Cada vez alcanzan mayor viralidad los mensajes que los personajes famosos hacen llegar al público, convirtiendo las galas de entregas de premios en los nuevos mítines de la irresistible "cultura de las celebrities" que impregna ya todo: política, medios de comunicación, arte, moda, universidad...

En breve consideraremos que el tiempo en pantalla de una 'celebrity' en un evento global ha sido óptimamente usado si su objetivo, más allá de agradecer a los productores y la familia, ha sido benéfico, reivindicativo o político.

¿Acaso no podríamos considerar a Donald Trump la 'celebrity' que más lejos ha llegado a la hora de usar su influencia?