vivir
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Son muchas las cosas que definen la personalidad, pero existe algo especialmente revelador a lo que a veces no le damos importancia: nuestro uso del despertador. Así, revelamos los tres perfiles de personas más comunes y que se distinguen por cómo, cuánto y cuándo utilizan la alarma para arrancar el día.
Tu alarma suena antes de las 6 a.m. Eres obsesiva y perfeccionista. No pierdes tiempo, saltas de la cama llena de fuerza y buenos propósitos, tienes todo cronometrado para no perder un minuto. Te duchas y ya empiezas a organizar tu agenda y a producir. Como una máquina. Necesitas estructurar bien tu día y el día se te tuerce cuando no madrugas. Eres de las que dejas toda la ropa preparada desde el día anterior y no improvisas looks de acuerdo a tu estado de ánimo. Pretendes tener éxito en la vida y sueles ir un paso por delante de los demás.
Tu alarma suena hasta diez veces en una mañana. Eres la clásica procastinadora. Para ti lo más importante es apurar el sueño hasta el último momento. No te importa revisar el email mientras tomas el café y comprobar con horror cuantas cosas se te han quedado sin hacer. Dormir dos minutos más compensa todo. No planificas nada y confías en que la buena suerte se encargue de solucionar cualquier imprevisto.
Tu alarma madruga una o dos veces por semana. Y el resto de la semana, ni siquiera la pones. Es un claro signo de que eres una caótica controlada. Madrugas, sí, pero en pequeñas dosis y siempre con un objetivo a corto plazo, por ejemplo entregar un trabajo. El resto del tiempo vives en un caos total, sobre todo por las mañanas, pero nadie se entera. Cuando te entra mala conciencia, pones la alarma y te sacrificas en diferido.
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