La cantidad ingente de material digital que acumulamos en smartphones, tablets y ordenadores sin eliminar acaba provocando situaciones de ansiedad cuando nos vemos obligados a eliminarlo, pues es habitual pensar que podemos necesitarlo en alguna ocasión, según explican los expertos de Coaching Club .
Whatsapp, emails, Facebook, Instagram y Twitter son las principales fuentes de generación de basura digital. Los afectados prefieren contratar más espacio en la nube o comprar más dispositivos de almacenamiento (tarjetas de memoria o discos duros) antes que borrar los archivos que no utilizan: fotos, memes, videos, imágenes, documentos, correos, anuncios, ofertas etc. A este fenómeno definen como síndrome Diógenes Digital.
Se trata de la versión digital del Diógenes moderno y se podría describir como la necesidad de hacer acopio desmedido y sin criterio de cualquier objeto multimedia: correos electrónicos (incluyendo spam), documentos, videos, fotos, o imágenes que se envían por apps de mensajería instantánea: memes, carteles, etc.
Según explica Verónica Rodriguez Orellana, directora y terapeuta de Coaching Club, “el problema aflora y se manifiesta cuando nuestra conducta empieza a modificarse, dando paso a la obsesión o cuando surgen complicaciones en el ámbito familiar o laboral si, por ejemplo, se comparte una nube en el trabajo o un ordenador en el hogar”.
Tal como explica, en sus consultas han aumentado los casos en los que un hijo o familiar ha visto una imagen que no debía en el teléfono de su madre o de su padre, o incluso casos de familias que acumulan espacio en la red gastando dinero para almacenar archivos que en realidad nunca ven.
“Existen grupos de Whatsapp en los que los usuarios no paran de enviar imágenes de material que se encuentra por la red. Memes, vídeos cortos, gifs, montajes de fotografías y otro tipo de ilustraciones. Esto ocurre también en el ordenador cuando no se deja de almacenar publicidad y correos promocionales pensando que en algún momento se usarán. El problema es que no es así y al final se acumula basura en formato digital de la que cuesta desprenderse”, explica Rodríguez Orellana.
La existencia del síndrome queda más clara cuando a pesar de los riesgos de superar el almacenamiento disponible o de que familiares o hijos vean información no adecuada, el acumulador obsesivo siente pánico ante la simple idea de borrar cosas, vaciar la papelera y ponerle orden a su teléfono.
El diógenes digital puede afectar a personas de cualquier edad, de cualquiera de los dos sexos y el afectado puede pertenecer a todo tipo de clase socioeconómica. Esta acumulación ingente de datos produce en muchas ocasiones un deterioro significativo en la capacidad para concentrarse, descansar y relajarse.
Acumulo más de 2 fotografías iguales tomadas en sucesión.
Guardo fotografías borrosas o mal tomadas.
Conservas conversaciones de Whatsapp desde hace más de 2 años.
Acumulas correos electrónicos que carecen de significado.
Almacenas promociones, anuncios, ofertas por email.
Guardo exceso de memes.
Tengo grupos de Whatsapp con más de 200 archivos compartidos.
Almaceno discos duros con cientos de películas que nunca se ven.
Siento un temor insuperable a necesitar más adelante los archivos, fotos o mensajes de texto que acumulan y a poder perderlos.
Desarrollo un apego emocional con el exceso de contenido digital, como si fuera un ser vivo: les da miedo eliminarlo porque lo sienten como su mayor tesoro.
Soy incapaz de tomar decisiones sobre lo que sirve y lo que no, me cuesta vaciar el correo electrónico o la papelera de reciclaje.
Encuentro dificultades para gestionar mi tiempo, para organizarme, concentrarme o ejecutar con fluidez mi trabajo.
Llego a la violencia y/o angustia si no logro acceder a mi contenido digital de inmediato.
Si padeces tres o más síntomas de los anteriores, es hora de actuar. Para ello, la experta de Coaching Club da las siguientes claves:
En primer lugar, es importante que fomentes el hábito de utilizar la papelera de reciclaje una vez a la semana. También te resultará útile poner un límite a lo que estás dispuesto a guardar y separarlo por categorías, no más de cuatro: laboral, ocio, familiar y estudios.
Un truco que te puede ayudar a perder el miedo a borrar la basura digital es ubicar el icono de la papelera en un lugar a la vista del escritorio. En el caso del móvil, haz el ejercicio diario de reflexionar sobre lo que acumulas y usa un solo dispositivo para tener todo organizado.
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