vivir

Repetidores: La vuelta al cole más difícil, por Isabel Menéndez

Los niños que repiten curso tienen por delante un año complejo. Los pequeños deben hacer frente al fracaso. Sus padres se preguntan cómo ayudarles. Hablar es clave.

¡Anímale a conseguir sus metas! Haz clic en la imagen y descubre frases positivas para motivar a los niños./Pixabay

¡Anímale a conseguir sus metas! Haz clic en la imagen y descubre frases positivas para motivar a los niños. / Pixabay

Isabel Menéndez
Isabel Menéndez

Cuando un niño repite curso, hay que procurar buscar el lado bueno de esta situación. Resulta asimismo importante no negar las dificultades a las que el menor tendrá que enfrentarse, al tiempo que se impone una reflexión sobre las razones que le han llevado a vivir esta circunstancia.

Es fundamental transmitir al niño la idea de que repetir es una oportunidad para que crezca y adquiera mejor los conocimientos. A la vez, hay que investigar qué falló para que el colegio no advirtiera a tiempo que el niño necesitaba ayuda para seguir el ritmo de aprendizaje de su curso. Y si se tomaron medidas, es obvio que estas no resultaron suficientes.

No se trata de buscar culpables, sino de investigar los errores cometidos.

Cuando un niño repite un curso escolar se enfrenta a la angustia que le provocan los sentimientos de fracaso e incertidumbre. Preguntas como “¿Valgo menos que los demás?” o “¿He decepcionado a mis padres?” amargan su mundo emocional si no se le ayuda a entender lo que le sucede. Repetir tiene una connotación negativa que puede asociarse a falta de inteligencia, a incapacidad; si bien lo que más le importa al menor, y por lo que más puede sufrir, es por la idea de defraudar a sus padres y no ser digno de su amor, por no estar a la altura de los demás niños.

La repetición implica proporcionar al pequeño una oportunidad para desarrollar las habilidades precisas para ponerse al ritmo de los demás. En caso contrario, al ir muy forzado, podría sentir una presión excesiva que se traduciría en inseguridad. De ahí que la repetición, cuando está bien prescrita, constituye un mal menor. Conviene que los padres, junto con los profesores, evalúen la situación académica y emocional del niño para poder acompañarle y acoger los sentimientos que la decisión de repetir le pueden causar. Hay que explicarle el objetivo de la medida, que siempre sería en su beneficio, respetando sus características y teniendo en cuenta sus necesidades.

Reforzar lo positivo

Algunos padres se resisten a aceptar que su hijo no puede pasar al siguiente curso, y esto le perjudica aún más. Algo muy importante también es no responsabilizar solo al pequeño de lo que ha sucedido, porque todo lo que le ha rodeado desde que nació ha influido para que tenga que repetir. No se trata de buscar culpables, se trata de investigar los errores que se han cometido para que el niño no haya alcanzado la maduración conveniente.

Juan y María habían hablado con el tutor de su hijo Jorge, que tiene ocho años, antes del verano, y este les informó de que iba a suspender varias asignaturas y de que, a pesar del refuerzo que había hecho desde febrero, cuando le habían dicho que necesitaba una ayuda extra, quizá fuera mejor que repitiera el curso. Tras la reunión, Juan y María hablaron con su hijo para comunicarle la noticia, explicándole los beneficios que tendría el hecho de no pasar al siguiente curso para él.

Padres y colegio deben investigar las causas de la falta de rendimiento.

Le dijeron que sabían que había realizado un gran esfuerzo para estudiar y que, gracias a ello, este año debería ser más tranquilo, de modo que podría tener tiempo también para hacer alguna actividad deportiva, algo que le gustaba mucho. También le señalaron que había aprendido mucho, aunque algunas cosas aún se le resistían. Por eso los profesores habían recomendado esta medida para que no fuera demasiado forzado y pudiera aprender al ritmo de los demás. Además, en el nuevo curso haría nuevos amigos sin perder los que tenía ahora.

Unión de factores

Juan y María compartieron estas ideas con los otros miembros de la familia, para cuando hablaran con Jorge sobre el tema de la repetición durante el verano.

Ahora que faltaban unos días para el comienzo del curso, Jorge se encontraba un poco triste. María, que acudía a una terapia psicoanalítica, acogió con tranquilidad los sentimientos de su hijo, lo que ayudó mucho a Jorge. María comenzó el tratamiento hace un año, cuando los problemas entre Juan y ella los condujeron a pensar en la separación. Antes del verano, cuando les dijeron que Jorge tenía que repetir curso, María intuyó, con razón, que la situación familiar había influido en su hijo. Posiblemente, su falta de concentración tenía que ver con la situación doméstica.

Los niños perciben los conflictos familiares y estos les provocan miedos que les afectan. Tanto los progenitores como el colegio tienen que investigar sobre qué hay tras el escaso rendimiento del menor.

El impacto de repetir curso dependerá mucho de las diferencias individuales y de las razones de su retraso. Puede repercutir en su autoestima, sobre todo si está ya en los últimos años de Secundaria y tiene que alejarse de sus amigos. El apoyo de los padres y de los profesores se hace fundamental siempre, pero más en este caso.

Evitar errores como:

  • Hay que evitar culpabilizar. El niño ya se siente angustiado. La culpa solo le servirá para mantener los conflictos que le han llevado al fracaso, paralizar la búsqueda de soluciones y le impedirá resolver lo que ocurre.

  • Si los padres se lo toman muy mal, el hijo creerá que les ha decepcionado y eso le hará sentirse profundamente inseguro.

  • Debemos desechar la idea de que repetir curso solo puede traer conflictos. Hay que apoyar al niño o la niña en el proceso, señalando lo bueno que le puede traer esta nueva situación, como hacer nuevos amigos y pasar el curso con mayor comodidad.

¿Qué podemos hacer?

  • Promover una comunicación fluida y escuchar con interés y sin que nos asusten sus miedos.

  • Estimular la relación con los amigos de siempre y también con los nuevos compañeros.

  • Decirle que confiamos en que va a poder adquirir todos los conocimientos que le enseñarán, y que tardar un poco más no es lo importante.

  • Aceptar que nuestro hijo puede tener dificultades. Cuanto más narcisista sea la relación con él, más intransigencia habrá para aceptar sus fracasos, porque esto le aleja de lo que nosotros queríamos. Esta situación es la que más conflictos crea pues también imposibilita la comunicación.

Además...

- Vuelta al colegio sin lloros ni protestas

- Frases positivas para motivar a los niños

- Mindfulness para niños: recomendaciones

20 de enero-18 de febrero

Acuario

Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más

¿Qué me deparan los astros?